OPINIÓN

¿Qué significa el Brexit? Explicación General

El Mediador

Carlos Glez.-Teijón | Lunes 25 de julio de 2016
Lo lectores ya me conocen, ya saben que en todos mis artículos solo hay una única motivación: Entender el mundo que me rodea. El mundo al que un día unos fuertes muslos de hembra Berciana se abrieron y me empujaron con fuerza para que no me fuese posible marcha atrás alguna. Un mundo ciertamente Hostil, sí, pero también Hermoso....

Lo lectores ya me conocen, ya saben que en todos mis artículos solo hay una única motivación: Entender el mundo que me rodea. El mundo al que un día unos fuertes muslos de hembra Berciana se abrieron y me empujaron con fuerza para que no me fuese posible marcha atrás alguna. Un mundo ciertamente Hostil, sí, pero también Hermoso. Al que no renuncio bajo ningún concepto. Sigo empeñado en la “Bonita Aventura de la Vida” y quiero entender qué narices está pasando, y como puñetas funciona esto. Ahora me toca explicarme este famoso “Brexit”, y saber qué le pasa a algunos Británicos, más aún a los Ingleses, que contra todo pronóstico deciden abandonar la cooperación, la colaboración, la convivencia con reglas y leyes, y decidir “Aparentemente” caminar por si solos. ¿O no?


La primera explicación siempre es la general: En el mundo en el que vivimos, para apreciar el movimiento, lo experimentamos en el cambio. Decimos que una persona o un planeta está vivo cuando hay cambios, y así la dualidad Invierno-Verano, Noche-Día, Frio-Calor, etc, -se haría interminable- son los que nos demuestran dicho movimiento. Más aún, nuestro corazón funciona por la Sístole y la Diástole, y el mundo galáctico que habitamos no es otra cosa que una fase de Expansión. Las fases de contracción nos están vedadas, son los famosos Agujeros Negros del espacio. Estos se contraen hasta que la presión sobre esa materia provoque una nueva explosión, una nueva fase de… Expansión. Los estudiosos de los ciclos económicos aceptan unánimemente estas fases cíclicas de expansión-contracción. Algunos estudiosos de la historia sí lo han mencionado, pero no se ha estudiado con profundidad en todas las culturas y civilizaciones estos ciclos de expansión-contracción, de paz-guerra, de avance-ensimismamiento, etc. Con el tiempo los historiadores se detendrán en estos fenómenos y comprobarán como las energías colectivas de toda agrupación humana organizada alrededor de un único liderazgo goza de estos constantes pasos. Si vemos la historia de Europa comprobamos que las guerras se produjeron con intervalos de tiempo más o menos regulares en función a las generaciones que intervenían en ellas. Por lo tanto, la primera explicación general es que ya ha comenzado un nuevo ciclo, al que podemos denominar de Autoafirmación-Contracción, que agota el iniciado después de la Segunda Guerra Mundial, el de Colaboración-Expansión. Terminada aquella, los contendientes quedaron agotados, hastiados de tanta destrucción, de tanto dolor. Igual que dos vecinos que acaban de darse una paliza. Viendo los efectos y sentimientos compartidos de ese momento, solo les quedaba intentar ponerse de acuerdo, renunciar a muchas tonterías y manías propias y colaborar para el bien de ambos de cara al futuro. Allí se inició un ciclo de colaboración, de cooperación, de renuncia a lo propio como lo único importante, y más aún, a la guerra como medio para resolver los conflictos grupales entre estados y naciones. Lo que ahora tenemos es que los nietos de los que murieron en Dunkerque en 1.940 no solo no experimentan los terribles dolores que el abuelo acarreó toda su vida pensando en aquellos momentos, y los millones de amigos muertos allí, o compañeros mutilados de por vida, sino que quieren ver en aquellos hechos algo… Heroico, o Bueno. El nuevo ciclo que ya comienza a manifestarse mayoritariamente –porque defensores de él ya los hubo al mes siguiente de terminar la destrucción de Europa- es el de personas que ya no recuerdan la muerte, la destrucción, la hambruna y los millones de destrozados físicos, y más aún, psíquicos, de por vida, que puede convertirles en auténticos muertos vivientes, que toda guerra de confrontación acarrea. Parece como que ya no fuesen capaces de leer la historia o escuchar a los más prudentes y formados. A todos ellos les puede el ánimo de…Aventura. Ellos defienden que es hora, de nuevo, de iniciar las escaramuzas que nos lleve a la “Berrea”. Que nos convoque al choque de cuernos, que nos demuestre a todos, por lo menos formalmente, quién la tiene más grande. Ya comprobamos, quizá por desgracia, que a esta nueva llamada al grito de autoafirmación de lo propio no están solos los Británicos. Los franceses con el Lepenismo ya llevan varias decenas de años. Otros grupos en Europa llevan bastante tiempo jugando a lo mismo- Austria hace tres semanas-. Es hora de preguntarnos si ya se inicia un nuevo ciclo social, político, ¿Económico?, ¿Militar?. ¿De confrontación para, primero la destrucción, y luego, como los ciervos tras la berrea, a ver quién queda?


Ahora espero que a nadie le quede la más mínima duda de lo que está pasando y lo que nos viene encima. Los que presumimos –a lo mejor es mentira y no tenemos ni P. idea de esto- de que sabemos algo de conflictos, decimos que es de libro que tras una proclamación de autarquía no tarda mucho en surgir el oponente u oponentes, tras estos, el reto, la disputa ya está escenificada y cuando alguien crea que le conviene, o a veces por error o un accidente no previsto, los actos hostiles comienzan. Una vez desatados estos, no solo los contendientes, sino todos los vecinos, amigos y aliados están inmersos, quieran o no, en esa disputa de “Machitos”. En fin…El choque está servido. Ya sabemos cómo sigue la terrible escena… Ya solo cabe que sepamos quienes son los perdedores y ¿Los ganadores? ¿Es que alguien excepto la guadaña de la muerte gana tras esos acontecimientos y vivencias?


¿Y los españoles, que quedamos fuera de las dos berreas anteriores? ¿La mediremos en esta? Para ello nos las pintamos como nadie, después de todo somos el único pueblo que uno de los que se creían importantes de los nuestros gritó –y nadie le ha desmentido desde entonces-…¡Viva La Muerte!


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