Con asombro y extrañeza he observado, a la vuelta de mi viaje por tierras americanas, que el Ayuntamiento talaverano ha dispuesto una serie de cuatro placas de cerámica, ilustrativas de lo que quiere ser una Ruta de la Celestina en Talavera de la Reina.
A lo largo de mi vida (casi cuarenta años viviendo en Talavera), jamás he publicado una sola línea denunciando o criticando esta o aquella decisión del Ayuntamiento. Me he limitado a colaborar en todo aquello para lo que se me llamaba, sobre todo actividades culturales. En esta ocasión no tengo más remedio que salir a la palestra para expresar la falta de rigor histórico que supone pretender confeccionar una Ruta de la Celestina en Talavera, como si los escenarios de la genial obra fueran un espejo o referencia de lugares reales e históricos de Talavera. Nada más lejos de la realidad. Y no sé en qué autoridad u opinión se ha basado el Ayuntamiento para llevar adelante su pretensión. Cuando Fernando de Rojas escribió “La Celestina”, no conocía aún Talavera o, tal vez, de pasada en algún viaje esporádico o visita a algún familiar. Rojas había nacido en Puebla de Montalbán hacia 1470 y pasó su juventud estudiando en Salamanca donde, según él mismo cuanta, encontró el texto con que conformó el primer acto y, en unas vacaciones, “hurtando el tiempo a mi principal estudio”, añadió quince actos más… Hay que entender que dichas vacaciones las pasó bien en Salamanca bien en Puebla de Montalbán con su familia… ¿ A santo de qué se iba a inspirar en la geografía talaverana para la escenografía de la obra? Salamanca y Puebla de Montalbán pueden pleitearlo, pero Talavera en modo alguno. La primera edición de La Celestina apareció en Burgos en 1499. Fernando de Rojas empezó a venir a Talavera en 1507 y se asentó definitivamente en 1508. La cuatro placas que he visto colocadas se basan en sendas falacias. Una de ellas alude a la calle del Arcediano. En Talavera no existió, que yo sepa, pero existió y aún existe en Salamanca… Otra alude a la iglesia de San Miguel, que existía en Talavera, como en Salamanca, Toledo y en Puebla de Montalbán… Una tercera alude a la cuesta de las Tenerías, donde estaba la casa de Celestina, cerca del río; consideremos que en Talavera no hay cuestas, pero además todas las ciudades que tienen río tenían lógicamente las tenerías junto al cauce (Salamanca, Toledo, Sevilla…). Una cuarta placa alude a la iglesia de la Magdalena, que igualmente existía en Salamanca, Toledo… No. Talavera no es, no pudo ser el escenario de La Celestina. Ahora bien, Talavera sí fue, y será para siempre, la ciudad de Fernando de Rojas. En ella se puede establecer y señalar con toda precisión y rigor histórico una RUTA DE FERNANDO DE ROJAS. Esto ya lo expresé en 1999, con motivo de la conmemoración del V Centenario de La Celestina. Hasta diez placas de cerámica deberían ilustrar los hitos de esa Ruta. Aquí los expongo y someto a la consideración del Ayuntamiento por si tuviera a bien rectificar, anulando la pretenciosa Ruta de la Celestina y señalizando la histórica y honorable RUTA DE FERNANDO DE ROJAS: 1. Plaza del Pan. Ayuntamiento Viejo, hoy Delegación de la Junta de Comunidades: lugar donde juró su cargo de alcalde (jurista, entendido en derecho) y ejerció profesionalmente Fernando de Rojas. Conocemos el texto íntegro del juramento, que prestó en 1508. 2. Calle Gaspar Duque: primeras casas en que vivió Fernando de Rojas junto a su esposa Leonor Álvarez y donde nacieron los hijos de ambos. 3. Iglesia del Salvador: parroquia de Rojas donde fueron bautizados sus hijos. 4. Torre Albarrana, frente a su casa, que Rojas poseía cedida por el ayuntamiento y él utilizaba como calabozo de los reos que estaban bajo su jurisdicción. 5. Palacio de don Juan de Ayala, de quien era abogado y administrador Fernando de Rojas. 6. Plaza del Pan, esquina José Luis Gallo: casas en que vivió, dictó testamento y murió Fernando de Rojas. 7. Iglesia de San Francisco: donde se oficiaron los funerales del enterramiento de Rojas y demás misas de aniversario. 8. Convento de la Madre de Dios (hoy calle Fernando de Rojas): sede de la Cofradía de la Concepción, a la que Rojas pertenecía, y lugar de su enterramiento hasta 1968. 9. Claustro de la Colegial: lugar donde actualmente (desde 1980) descansan los restos de nuestro escritor. 10. Atalaya de Segurilla: donde Rojas montaba su mesa de alcalde para atender los pleitos de las tierras. También lamento, y no puedo por menos que expresar mi parecer, que la estatua de Fernando de Rojas, colocada en la Plaza del Pan, carezca de la necesaria fidelidad histórica. Me parece bien que se recree el rostro de Rojas, que no lo conocemos. Pero su vestimenta no se corresponde con la de un jurista, bachiller por Salamanca. En su testamento, al describir su ajuar, nos dice que disponía de dos capas… Yo hubiera prescindido de la espada… Y, sobre todo, nada tiene que ver con Rojas la vara de alcalde. Él era un jurista, un abogado entendido en leyes contratado por el Ayuntamiento. No usaba vara. La vara, en aquel tiempo, la usaba el corregidor, cargo que se correspondería con lo que hoy es un alcalde… En fin, todo esto lo digo con el único ánimo de colaborar para que nuestra ciudad no dé la impresión de lugar pueblerino que desconoce su historia o pretencioso de glorias que no le corresponden. Talavera debe hacer valer solo aquella grandeza que en verdad le corresponde: RUTA DE LA CELESTINA, NO. RUTA DE FERNANDO DE ROJAS, SÍ.