Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
El cuerpo del joven de 34 años que había desaparecido el pasado 19 de agosto, Eduardo López, fue encontrado en la tarde del pasado jueves, en torno a las 19 horas, según confirmó la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha. El cadáver fue localizado en el interior de su vehículo, con evidencias de haber sufrido un accidente de circulación días antes en el kilómetro 32,900 en la carretera CM-4100, en el término municipal de Aldeanueva de San Bartolomé. Según informó el subdelegado del Gobierno en Toledo, Javier Corrochano, el coche estaba bajo un puente y semisumergido, tal y como detallaron desde la Consejería de Presidencia y Administraciones Públicas.
La Guardia Civil de Tráfico explicó que el siniestro consistió en una salida de vía por margen derecho y posterior despeñamiento de un furgoneta, una Ford Transit de color blanco, con el resultado del fallecimiento del conductor y único ocupante de la misma. La desaparición de Eduardo estaba denunciada desde el día 22 de agosto en la Comisaría de Arganzuela en Madrid. La Policía había establecido un dispositivo de búsqueda a lo largo y ancho de nuestra provincia, aunque se centró en Oropesa, en cuyas inmediaciones se perdió inicialmente su rastro.
La última noticia sobre este individuo era una llamada telefónica con su madre, cuando éste viajaba por el término de Calera y Chozas. Poco después su mujer, con la que vive en Madrid junto a su hija de tres años, no recibió respuesta al intentar contactar con él. La pista del joven se ha seguido en el embalse de Azután o el término de Belvís; así como en las inmediaciones de Aldeanueva, localidad hacía la que se dirigía para visitar una gasolinera. En la búsqueda no sólo participaron Policía Nacional y Guardia Civil, sino también amigos y familiares. Eduardo era natural de Cartagena (Murcia) y trabajaba como inspector de estaciones de servicio en Castilla-La Mancha y Madrid.
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