Las heladerías de Talavera se reinventan cada verano para hacer frente a la crisis

En pleno mes de agosto, con 35 grados a la sombra, una de las mejores alternativas para sufragar el calor es tomarse un buen helado en alguno de los establecimientos de nuestra ciudad. A pesar de la crisis, “los talaveranos no escatiman en este capricho” como nos trasladó la dueña de una de las heladerías más conocidas de la Ciudad de la Cerámica 'La Jijonenca', Candela Verdú. También, la encargada comentó a este semanario que “cada año hay que renovar y experimentar con nuevos sabores que atraigan la atención de los consumidores”. Así, este año, entre otras muchas novedades, destacan los helados denominados 'operación bikini' que, como su propio nombre indica, están hechos para aquellas personas que quieran guardar la línea disfrutando de un buen capricho pero bajo en calorías y en materia grasa. Otra innovación han sido los helados de cócteles, con sabores como daiquiri o margarita y la famosa coca alicantina de almendra.

Por su parte, el responsable de la heladería 'Ibense', Carlos Guillén, ubicada en los Jardines del Prado, reconocía a La Voz del Tajo que, a pesar de tener sabores nuevos como tarta escocesa al whisky o nata con profiteroles, “lo clásico es lo que se sigue llevando”. Sabores como la nata, el chocolate, el turrón o la vainilla “es lo más demandado y tradicional”. Muchas estrategias emplean los encargados de las tiendas para atraer a los clientes, Candela Verdú nos confesaba que en su establecimiento coloca “los sabores que más llamen la atención a los niños cerca de la calle como el de chicle, kinder o gominolas, para captar su interés y motivarles al producto”.

Por otro lado, un tema estelar en este sector ha sido la crisis. Como parte de la hostelería, las heladerías también han visto reducidos sus ingresos de ventas, “este año ha sido como el pasado, se nota bastante la crisis” nos comentaba Carlos Guillén. Por su parte, la dueña de la Jijonenca comentó a este periódico que en sus establecimientos este año se ha notado más la crisis, de hecho, “el año pasado tenía cinco trabajadores en cada tienda y este año sólo somos tres en cada tienda”. El precio de los helados continúan igual que el año pasado ya que “en los tiempos que corren no nos podíamos permitir un aumento de precio” como nos trasladó Candela Verdú. Aunque la afluencia de clientes sigue siendo prácticamente la misma, ahora los ciudadanos reducen la cantidad de helado consumido. Así, de tarrinas medianas y grandes los talaveranos se han pasado a las más pequeñas. “Clientes hay, lo que pasa que se ciñen a lo más barato” como nos confirmaba Verdú.