La Dirección General de Tráfico ha vuelto a instalar en Toledo uno de los radares que más sanciones ha impuesto a los conductores que sobrepasan el límite en este tramo. Está situado en la autovía A-42, justo antes del desvío a los barrios de Santa Bárbara y Santa María de Benquerencia.
Este radar se instaló hace años para obligar a los conductores a reducir la velocidad a un límite de 100 kilómetros por hora en un tramo con un elevado número de accidentes. Sin embargo, hace meses fue reiterado y esta semana ha vuelto a entrar en funcionamiento.
Es un radar fijo de cuya ubicación advierte en cartel de la Dirección General de Tráfico en este punto de la Autovía.