La fuerza de la razón

Oriana, hasta entonces idolo de las izquierdas,fue tachada de extremista y xenófoba,fue perseguida y denunciada por unos y por otros, convirtiéndose sus últimos años de vida en un infierno, en el que ademas de sufrir una grave enfermedad, vió como aquellos a los que ella defendía con su palabra la vilipendiaban e insultaban.
Aún no habiamos sufrido las bombas en los trenes de Madrid, ni en el metro de Londres, ni en la maratón de Bostón, ni los crimenes de París o Bruselas. Nada de esto había ocurrido y ya esa mujer se adelantaba desgraciadamente a su tiempo. La Europa de las libertades y la democracia cedía una y otra vez ante las exigencias de aquellos a los que abrió sus puertas y ahora comienzan a mostrar su verdadero objetivo: Destruirnos e imponer un sistema de vida carente de libertades.
Cuando se critica con saña la presencia pública de una religión, que es la nuestra, se defiende a la vez a capa y espada los ritos de otra que poco acepta el sistema de vida en el que se ha insertado. Yo invito a leer a Oriana Falaci y a contemplar a la vez el devenir de los hechos. Yo no pretendo tener la verdad, tan solo me gustaría que aquellos que se muestran inflexibles e intolerantes con una religión que ha sido una de las bases de nuestra civilización, el cristianismo, se planteen o nos expliquen el por qué de su condescendencia con los enemigos de nuestra libertad.
Señores de la izquierda, católicos buenistas, oenegistas de uno y otro pelaje, lean a Oriana y miren por su ventana, a ver si por fin abren los ojos y se dan cuenta de que si continuan con su discurso y políticas de entreguismo pronto veran que las próximas mujeres violadas serán las suyas, que las próximas cabezas cortadas serán la de sus hermanos y que los próximos cuerpos reventados por las bombas de los que defienden serán los nuestros.
Lo dijo el sordo aragonés Francisco de Goya: "El sueño de la razón produce mostruos". Imaginad que se produce cuando la razón no es que esté dormida, es que ha muerto asesinada.