Las calles del casco histórico volvieron a abarrotarse de fieles y devotos que no se quisieron perder la más multitudinaria de las procesiones de la Semana Santa talaverana: el Santo Entierro; no solo por el número de personas que salieron a la calle para arropar a los pasos sino porque en el mismo participan cuatro hermandades y cofradías.
La primera en salir fue la Hermandad de la Cruz de los Alfareros desde el colegio La Salle. Una hora después lo hacía la Real Hermandad de Socorro de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Santa Mujer Verónica y Nuestra Señora de la Esperanza Nazarena. Ambas agrupaciones cofrades realizaron un primer recorrido que les llevó a entrar por la puerta lateral de la Iglesia Colegial y salir por la principal.
Desde ahí iniciaron el paso para la carrera oficial, por las calles Palenque y Corredera, Plaza del Reloj y murallas. Aquí estuvieron secundadas por la Hermandad y Cofradía de Penitentes del Santísimo Cristo de los Espejos y María Santísima de la Paz y de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Gracia y Amparo (Cofradía de Regantes) -que había salido de la Colegial- y la Cofradía del Santo Sepulcro y de la Virgen de la Soledad -que lo hizo desde San Prudencio-.
Saetas, olor a incienso, cofrades y costaleros -con cada vez edades más tempranas que aseguren el relevo generacional- fueron elementos imprescindibles que dieron el realce en la víspera de la Resurrección de Cristo en la Plaza del Pan.