La portavoz municipal, María Rodríguez, anunció que se han desestimado las alegaciones a una iniciativa particular -una empresa de Cuenca-, que comenzó los trámites para sacar a licitación la construcción del nuevo cementerio, que irá ubicado en la carretera de Alcaudete, así como su gestión. Sin embargo, según reconocen en el Gobierno local los estudios que presentaron hace un año no garantizaban una viabilidad económica del mismo; por eso, los informes técnicos y jurídicos son negativos y se procede a cerrar el expediente. El objetivo ahora es iniciar un nuevo expediente que cuente “con el consenso de todos”.
El acuerdo se buscará con los portavoces de todos los grupos políticos representados en el pleno, con la intención de abordar la situación de hoy día y ver las actuaciones previas a realizar, ya que “se tendrá que ver la mejor fórmula para presentar ofertas y que el servicio no sea deficitario”, expresó Rodríguez. Mientras tanto, se seguirán presentando los servicios funerarios en la actual instalación, que está “casi colmatada en su uso”.
Las obras no se han podido cometer de oficio “por una cuestión económica”, porque la iniciativa proponía una inversión de entre 16 y 18 millones de euros para el nuevo cementerio. Por eso se inició el expediente para que fuera una empresa quien acometería su construcción y posterior gestión del actual y nuevo camposanto, que aunque de iniciativa privada tendría un servicio público. Rodríguez apuntó a que los servicios jurídicos han determinado que no habrá que indemnizar a la empresa que realizó el proyecto ya que ha sido una iniciativa de parte.
Este proyecto estaba pensado para ejecutar por fases, pero aún así la primera de ellas contemplaba 4 millones de euros. De esta forma, se tendrá que poner en marcha al siguiente procedimiento, ya que “la vida útil del actual cementerio no es muy larga”. Rodríguez estimó que el tiempo de ocupación que le queda a este camposanto es de cuatro años, cinco a lo sumo, teniendo en cuenta que habrá que revisar enterramientos, ir liquidando concesiones y quizá construir algún nicho más. La vida útil podría alargarse debido a la proliferación de las incineraciones respecto a los enterramientos tradicionales en tumba o nicho, donde el espacio físico necesario es mayor.