Me vuelve la ilusión

Compungido aún por la desaparición estos días del empresario Samuel Sánchez, del buen amigo Felipe Herrero o de la madre del bueno de Roberto González, no cabe sino tirar hacia delante y encontrar cada apoyo positivo para hacerse con el futuro, el más cercano y el que nos espera más lejos.
Porque el presidente de Castilla-La Mancha nos traía esperanza hace unos días, una esperanza que debe traducirse en hechos y proyectos a realizar para el relanzamiento de esta maltratada ciudad y su comarca. Porque, también, quiero adivinar ilusión en el resto de las instituciones para que Talavera de la Reina y sus gentes vuelvan a poder sacar pecho allá a donde vayan y no se avergüencen de la tasa de paro o de los cientos de carteles que veíamos en estas páginas hace siete días. La unión dicen que hace la fuerza y, efectivamente, si nos olvidamos de la soberbia que muchas veces llena el corazón de muchos gobernantes, esto puede salir adelante.
Eso sí, por detrás aprietan y si no miremos qué poco han tardado los vecinos, empresarios y demás gentes de Puertollano en pedir a quien sea que se acuerden de ellos. Se oye zafarrancho de combate y a luchar por el futuro tocan. Lo demás, humo.
Donde suenan tambores de guerra es en el Juzgado, donde ya no esta el juez decano por habérsele inhabilitado, aunque me creo que no será el último titular de prensa que nos desayunemos en los próximos meses.
El que no me gustaría publicar es el que tuviera relación con un escape de la central nuclear de Almaraz, que anda dando vueltas en los últimos días.
Acabo con la felicitación sincera a dos amigos, María Fernández-Mayo e Inocencio Gil. Espero que ellos a su ‘corta edad’ hayan visto colmadas sus inquietudes. Será cuestión de pedirles consejo para que nos vaya mejor en la vida.