Me “gustan” las comillas

Después se elegirá la empresa encargada en la obra y se seleccionarán “cuidadosamente” los materiales que posteriormente formarán parte de la calle y de Talavera. Ah y no olvidemos que la empresa seleccionada estará repleta de profesionales como la copa de un pino, capaces de utilizar técnicas de tanto nivel que hasta un obrero medio se volvería loco intentando utilizarlas. ¿Le ha gustado al párrafo anterior? Pues que sepa usted que es todo mentira. Ya de primeras, las obras comenzaron mucho más tarde de los previsto. Esto provocó una inesperada aceleración del trabajo, pero una cosa ¿hay algo en esta obra que fuese esperado? Yo he observado cómo avanzaba la “reforma” y he visto más allá de lo que ustedes pueden ver hoy en día en la calle Corredera.
El coste asciende hasta los 754.000 € (no sé si me leen a menudo, así que yo lo repito). Si nos pusiésemos a hacer cuentas nos daríamos cuenta de que el dinero invertido en la calle podría haber sido mucho menor. Me dirijo al responsable de la obra para preguntarle, ¿honestamente, está usted orgulloso del trabajo que ha realizado usted y su empresa? A mí me dijeron un día que el trabajo bien hecho siempre es agradecido pero yo no veo a los talaveranos agradecidos por la “reforma”. Es más, les veo incluso crispados al intentar aparcar en el mismo sitio en el que antes de las obras aparcaba sin problemas. ¿Por qué han situado la zona azul de una manera tan extraña? Parece que la han puesto donde les “sobraba” sitio ¿es que acaso no habían contado con ello? Y, cambiando un poco de tema pero sin salirnos de lo importante, ¿la calle la hicieron para que fuese peatonal? Porque si vas a hacer una calle para que sea peatonal y luego por una cosa o por otra no consigue ser peatonal, tendrás que adaptarla, digo yo. Los talaveranos estamos acostumbrados a ir a cualquier sitio de Talavera en coche. Si la Corredera pasa a ser peatonal querrá decir que bajará el número de consumidores que pasen por esta calle. Descenderá el consumo de productos ofertados de la Corredera y estos comerciantes acabarán cerrando sus negocios. A mí me ha parecido todo esto un chanchullo y de los gordos.
En resumen, la calle ya no volverá a ser como antes. Ahora cualquier anciano o minusválido en silla de ruedas que pase por la Corredera se acordará del responsable de la reforma. Los conductores que rocen con el coche los bolardos cuadrados se acordarán del responsable de la reforma. La gente que quiera coger el autobús en Charcón, por ejemplo, se acordará del responsable de la reforma. Y cualquiera que necesite parar un momento para hacer una compra express en cualquiera de los establecimientos de la Corredera, se acordarán del responsable de la reforma.