OPINIÓN

El eufemismo del desparpajo

Vado permanente

Víctor Borreguero | Miércoles 13 de enero de 2016
Mañanita del despertar político del 20-D, quiero escribir, necesito escribir, pero no puedo garrapatear lo que pienso. Nadie me lo prohíbe, y aún así, intento superar la incertidumbre con un intento de aterrizaje en la pista de los eufemismos, eso que la RAE dice que es una manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante; nuestro Ferrater Mora hablaba del lenguaje como actividad y el suizo Albert Einstein decía que la mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original.


En la recta final del 2015, para abrir nuevos caminos tenemos que ser capaces de navegar en eufemismos: “apretarse el cinturón” en vez de decir “ahorrar”; “apropiación indebida” en vez de “robo”; “ataque preventivo” en lugar de “acción armada a traición y sin provocación previa”; “auxiliar de vuelo” en lugar de “azafato”; “bar de alterne” y no “prostíbulo; “calentar el banquillo” en vez de “no disputar un encuentro de fútbol por decisión del técnico”; “cambiar el agua al canario” para no decir “orinar”, “mear” o como se llame; “capital humano” en lugar de “personal disponible para alguna tarea”; “cese de negocio” en lugar de “ruina”; “colocarse”, en vez de “drogarse”; “cese temporal de convivencia” para silenciar las “separaciones matrimoniales”; “comida rápida” para encubrir la “comida alta en grasas”; “desaceleración económica”, en lugar de “crisis”; “desaconsejar” para “prohibir”…, y así hasta elaborar un calendario de sueños, ensueños y contrasueños que en España comienza en esta semana de la lotería política y de la Lotería Nacional.
Alguien dijo que lo que no es conveniente para la colmena tampoco lo es para la abeja, pero corremos el riesgo de naufragar en el mar convulso de un “teatro de operaciones políticas”, o séase, en un campo de minas que dora la píldora de la astucia y las artimañas.