Miguel Perantón | Miércoles 13 de enero de 2016
En Talavera, a la vista de los datos de las últimaselecciones generales y la evolución de las tendencias en los resultados en sucesivas elecciones podrían hacersedistintos análisis y proyecciones. En mi híper realismo les voy a hacer una lectura muy macabra de la bola de cristal.
Hace cuatro años el PP ganó en Talavera, en un momento en el que primaba el bipartidismo y donde no habíaneclosionado las nuevas opciones políticas que en los últimos tiempos han surgido y se han consolidado. En cifras redondas la diferencia entre PP y PSOE estaba en torno a 15000 votos, en favor del primero. El resultado que cosechó el PSOE fue similar al obtenido en las últimaselecciones municipales, 200 votos arriba o abajo.
No creo que el PP mejore aquel resultado, más bien creo que lo va a empeorar considerablemente. Supongamos que pierde la mitad de aquellos 25000 de ventaja. Votos que raramente van a volver al PSOE y que muy probablemente busquen asiento entre esas fuerzas emergentes. Si fueron electores que se decantaron por la derecha, se me hace difícil pensar que puedan optar por la izquierda emergente de PODEMOS. Por tanto un buen número de ese electorado podríamos suponer que optará por tintar de naranja CIUDADANOS su elección.
La particularidad en la izquierda, provocada por el fraccionamiento del electorado que se plantea con la existencia de tres fuerzas, de las cuales una no ha presentado candidatura anteriormente en la ciudad y no sabemos quienes encabezan en plano local arroja algunas incógnitas. El juego de IU que se presentó bajo las siglas ganemos en las municipales y su evolución a futuro en estas municipales también. Pero dejan meridianamente claro que implican un tapón para la recuperación de voto del PSOE en el electorado tradicionalmente de izquierdas que puede limitar su recuperación y crecimiento
Pero se trata de unas elecciones generales donde la cercanía, el contacto, el planteamiento de alternativas y su explicación para conocimiento del personal, la pedagogía, generan confianza. La infantería de los partidos es vital, en un momento en el que las contiendas no se ganan con soldados, las personas comprometidas con las causas toman la palabra. Desde la experiencia y también desde la frescura y la ambición, de la ilusión de quienes llegan inmaculados.
Es el momento de demostrar que se sabe ejercer la responsabilidad, esa que se asume de manera voluntaria y para contribuir y aportar. Es el momento de la responsabilidad y no del ejercicio de la autoridad. Aquí no sirve el ordeno y mando para que lo haga otro. Los liderazgos se demuestran enfangándose en la tarea.
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