Dicho suceso gana tal consideración al ser el primer debate político realizado en una universidad pública española. El evento fue organizado por la asociación Demos y tuvo lugar en el auditorio de la Escuela Politécnica Superior de la universidad Carlos III, en la cual curso el grado de Ingeniería Telemática.
Miles de personas quisieron asistir a tan esperado acontecimiento llegando incluso a esperar varias horas de cola. Finalmente, sólo los primeros 1.200 fueron los afortunados de poder entrar y disfrutar del ‘cara a cara’ que protagonizaron Albert Rivera y Pablo Iglesias. En el escenario podíamos ver cuatro atriles, sin embargo, sólo dos estaban ocupados. ¿Por qué? Porque tanto nuestro actual presidente del gobierno, D. Mariano Rajoy, como el portavoz del PSOE, Pedro Sánchez, tenían mejores cosas que hacer que asistir a un evento tan importante en la historia de España. Ellos se lo pierden.
Fueron muchas las ideas que nos trasmitieron Rivera e Iglesias. Se habló de economía, de yihadismo, de educación, de religión, de idiomas, de la importancia del inglés... Pero, hay una tema que estuvo presente durante las casi dos horas que duró el debate. Fue una simple pregunta, ¿en manos de quién está el futuro de nuestro país?
Rivera comenzó el debate con una frase muy significativa, dijo: “Se respira ambiente de cambio en este aula”. Yo no se quién va a salir ganador de las próximas elecciones generales a la presidencia del gobierno pero, salga quien salga, quiero que sea capaz de apreciar el trabajo y el esfuerzo que realizamos los jóvenes españoles cada día. Nosotros somos el futuro de este país y no se nos toma para nada en cuenta. ¿Por qué nos vemos obligados a emigrar a otros países para intentar hacer realidad nuestros sueños? Pues porque aquí, ocasiones, hay pocas. Me gustó mucho una frase que dijo Pablo Iglesias, “Hay que enseñar a enseñar” y tiene mucha razón porque, ¿cómo vamos a aprender los jóvenes de alguien que, por mucho que sepa, no sabe enseñarnos?
Invito al futuro presidente a que cierre el grifo de recortes, a que dé un golpe sobre la mesa y deje claro que en este país, lleno de gente con sueños y esperanzas, no se van a hacer más gilipolleces. Sólo pido que el único recorte que se lleve a cabo sea el de esos desmesurados sueldos. Ya es hora de que ustedes, desde allí arriba, pongan las cartas sobre la mesa y hagan limpieza de toda la falsedad y la corrupción que, desgraciadamente, está hoy a la orden del día.
Para terminar, he titulado este artículo de esta forma porque, después de ver tantas entrevistas, debates y mítines, no estoy seguro si estos políticos son verdaderamente valientes para enfrentarse a la situación actual de España o si sencillamente son actores que reproducen unos discursitos basados en el populismo y el engaño. Les invito a ver el debate para que juzguen ustedes mismos la veracidad de mis aportaciones y, cuando hayan terminado de verlo, se hagan esa misma pregunta que titula esta columna, ¿es simple populismo?