Analizamos pormenorizadamente cómo es la carne que consumimos en la comarca de Talavera, desde que el animal se cría en las explotaciones, pasa por el matadero y llega a la carnicería para el consumo. El anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que la carne procesada es carcinógena para los humanos y la carne roja es “probablemente carcinógena” levantó todas las alarmas sociales durante la semana pasada, ya que según la agencia sanitaria este tipos de alimentos estaría incluido dentro del grupo de sustancias más peligrosas para la salud, como el humo del tabaco, el alcohol, el plutonio o el aire contaminado, entre otros muchos compuestos.
Al margen de las carnes procesadas y con mayor proceso de elaboración y transformación hasta llegar a la venta -como las salchichas o las hamburguesas- se contemplaron como “probablemente carcinógena” la carne roja, es decir, el vacuno, el cerdo, el caballo, el cordero o la cabra. Además, según se publicó en numerosos medios de comunicaciones nacionales e internacionales estos estudios publicados han sido revisados además por la Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC, en inglés). Sin embargo, ya fueron muchos gigantes de la industria, como el Instituto Norteamericano de a Carne el que dijo que este estudio estaba atentando contra el sentido común y contradice a decenas de estudios en los que no se encontró relación alguna entre la carne y el cáncer.
Sin embargo, para la OMS, el consumo diario de 50 gramos de carne procesada aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18 por ciento, eso sí, durante un largo plazo. En el caso de la carne roja, los expertos han considerado los indicios como “limitados”, situando este alimento un escalón por debajo de los más nocivos, en el 2A.
La Voz del Tajo ha querido contar con la opinión de expertos en Veterinaria, Aparato Digestivo, empresas cárnicas o consumidores para conocer la repercusión de la noticia y, especialmente, hacer un llamamiento a la tranquilidad sirviéndonos de la cantidad de garantías que existen en el proceso que siguen los animales hasta que son adquiridos en la carnicería por el consumidor. Sea como sea, desde el sector nutricionista solo falta recordar la pirámide alimentaria en la que la carne, junto con la bollería industrial, los azúcares añadidos o las grasas, ocupan la parte de la cima, es decir, aquellos que deben consumirse con menor frecuencia a la semana, acorde a la dieta mediterránea.
Además, ante el revuelo levantado en torno a su anuncio, la OMS remitió una nota aclaratoria en la que rectificaba su afirmación. Lo que al principio se tomó como una prohibición se suavizó con “la reducción de su consumo” para estar menos expuesto a sufrir este cáncer o similares, como el de páncreas o próstata. Su efecto nocivo es el abuso, algo que puede extrapolarse al ejemplo de fumadores y bebedores diarios.
“Donde haya confianza y consumo responsable”
A pesar de la información que trascendía la semana pasada avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que posteriormente fue ligeramente matizada, desde la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Talavera “no podemos dejar de recomendar el consumo de carne roja en la zona de la ciudad, porque se llevan a cabo controles exhaustivos y pertinentes de sanidad, tanto a nivel local como desde la Consejería”, explicó la concejala de Consumo, María Victoria González. De todas formas, la delegada del área si quiso lanzar un mensaje a favor del consumo moderado y responsable teniendo como referencia una dieta mediterránea, ya que el consumo de esta carne “no tiene por qué hacer daño al organismo”. Sea como sea, González defendió que vivimos en una comarca rica en explotaciones ganaderas y de la huerta talaverana que dan mucha “confianza”.
Juan Carlos Otero. Empresario del sector cárnico“El vacuno cuenta con unos controles muy férreos”
Juan Carlos Otero, empresario del sector cárnico y gerente de Cárnicas Otero, señaló que la carne roja corresponde a vacas de más de tres de años de las que solo se extrae el chuletón y matizó que el resto de carne de ternera que se vende a los consumidores es de menos de un año, que no se considera carne roja, y el añojo que es de animales de entre 12 y 18 meses. Otero explicó que en su empresa sacrifican a los animales en Talavera y Alcolea de Tajo, cuya procedencia es de ganaderos de Talavera y las localidades vecinas de Montesclaros o Talavera La Nueva. En esta línea, aseveró que “cuentan con todas las certificaciones necesarias, porque el vacuno cuenta con una especie de carné de identidad que hace que exista un control férreo sobre este tipo de animales”. Respecto a los productos procesados, que posteriormente se envasan, el empresario aconsejó a los consumidores a que lean todos los componentes que acompañan a la carne ya partida y/o transformada, al mismo tiempo que les invitó a que, si tienen cualquier tipo de duda al respecto, “no duden en preguntar a su carnicero de confianza”. También invitó a un consumo moderado de carne roja.
Roberto Pozo Moreno. Especialista en Aparato Digestivo “Si no cometemos excesos no tiene que haber problemas”
Este facultativo apeló a la lógica señalando que “los excesos no son buenos para nada”, incluída la carne roja. Pese a ello, no deja de recomendar el consumo de ninguna de las maneras. “A la larga cualquier exceso puede ser causante de riesgos en carcinógesis”, pero recalcó que el consumo de carne roja una o dos veces a la semana “no tiene por qué ser perjudicial”.
De todas formas, el doctor Pozo Moreno indicó que si que hay que tener especial cuidado con los productos más tratados, los que más proceso han sufrido para su elaboración hasta llegar a la venta, pero tranquilizó sobre el consumo de la carne natural, ya que “no tiene porque haber ningún tipo de problema”. Con la definición de carne natural se refirió a la que se puede encontrar en las típicas carnicerías.
Juan Garrido. Jefe de Equipo de los Mataderos de la zona de Talavera de la Reina. “Que la gente sepa los controles exhaustivos que sigue la carne”
Consciente de la alarma que ha supuesto el anuncio de la OMS ante un tema tan sensible como es la alimentación, el jefe de equipo de los mataderos de la zona de Talavera, Juan Garrido, explicó que los consumidores tienen que saber que la carne que llega hasta las carnicerías ha pasado por numerosos controles sanitarios y de higiene que se aplican acorde a los reglamentos europeos en toda la UE. Primero, en el matadero comprueban la documentación del animal y que ésta se corresponda con su explotación de origen; “si vienen animales no identificados, no se admiten”, aseveró. Después se realizan las inspecciones sanitarias para descartar que tengan algún tipo de patología y se procede al sacrificio del animal, siempre de acuerdo a las leyes de bienestar animal. En el proceso post morten se realizan incisiones en los ganglios y se recogen muestran para descartar también enfermedades macroscópicas. Siguiendo el Plan Nacional de Investigación de Residuos (PNIR), también los veterinarios realizan controles para asegurar que los animales no ingieren restos de compuestos químicos o medicamentos.