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El puente atirantado de Talavera vuelve a ser protagonista como obra faraónica y de derroche

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El alcalde, Jaime Ramos, participó en el reportaje que emitió el programa de Cuatro 'Un tiempo nuevo' el pasado 26 de septiembre

Lorena Gómez-Serranillos | Miércoles 30 de septiembre de 2015

El puente de Castilla-La Mancha de la Ronda del Tajo situado en Talavera vuelve a generar debate sobre su coste y funcionalidad.

El pasado 26 de septiembre el programa de Cuatro 'Un tiempo nuevo', presentado por Silvia Intxaurrondo, se acercaba a la localidad talaverana para visitar el segundo puente atirantado más alto de Europa, contando con las aportaciones del alcalde de la ciudad, Jaime Ramos, que viajó por el mencionado viaducto junto al periodista desplazado.

El nombre del puente talaverano vino a colación de la inauguración del puente más grande de España, en Cádiz, el Puente de la Constitución de 1.812 ó 'La Pepa'. Este puente, que ha tenido un sobrecoste de 238 millones de euros, no ha sido bien recibido por todos los ciudadanos ya que comentan que no resuelve los problemas necesarios.

Sin embargo, el puente talaverano se llevó el mayor protagonismo de los contertulios en este debate. Los colaboradores coincidieron en que esta obra faraónica es un gran ejemplo de la ingeniería española, aunque instaron a la administración a completar el anillo para circunvalar Talavera por la zona sur.

El puente “a ninguna parte” también conocido como “la ruta del colesterol” o el “Golden Gate” de Talavera, costó 70 millones de euros, aunque el motivo que realmente preocupa al Ayuntamiento en estos momentos es la revisión que necesita cada cinco años de más 63.000 euros.

La finalidad de esta obra era sacar el tráfico pesado del centro de la ciudad uniendo la actual Ronda del Tajo con la variante suroeste, para llegar a la zona de La Jara. Durante el debate expusieron que el sobrecoste del 28 por ciento impidió concluir la Ronda del Tajo, cuyo trazado está a expensas de competarse desde la carretera de Los Navalmorales hasta la de Alcaudete (N-502), aunque la realidad es que durante la época del Gobierno de Barreda no pudo materializarse porque una empresa de construcción se negó a la expropiación de sus terrenos y el entonces Gobierno local -liderado por José Francisco Rivas- decidió respetar la decisión para no destruir más puestos de trabajo. Posteriormente, y una vez la firma desapareció por la crisis, el motivo económico fue el causante de que no se completara la ronda, cuyo tramo pendiente es de alrededor de un kilómetro.

Una vez realizado este trazado completo se completará la circunvalación sur de Talavera y por fin tendría sentida esta infraestructura, por la que actualmente se calcula que solo pasa un coche por minuto.

Mientras tanto, el puente atirantado de Talavera sigue siendo el mejor fondo para las fotografías de los talaveranos y visitantes e, innegablemente, una de las señas de identidad del patrimonio local.


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