Por Rubén López
Irene González Moreno | Miércoles 16 de septiembre de 2015
Leo en La Voz de la semana pasada con estupor que Don Manuel del Rosal, columnista habitual, reclama que gais y lesbianas apliquemos el sentido moral, la cordura y la prudencia antes de donar sangre porque ponemos en riesgo la vida de una persona “totalmente ajena a nuestras prácticas sexuales”.
Desgraciadamente Don Manuel del Rosal, el autor, no practica ni la cordura, ni el sentido moral ni la prudencia al escribir desde el absoluto desconocimiento de conceptos básicos de salud pública, orientación sexual y VIH (que no SIDA, mezclando conceptos que achaco a la ignorancia y no a la maldad), escrito por alguien que probablemente jamás haya sido tan generoso en su vida como para donar sangre.
Dentro de su homofobia llega a decir que basta con que un homosexual “contagie” a una persona (supongo que nosotros no somos personas) para prohibirnos donar. ¿Vale al revés? ¿Si un gay es infectado a causa de una donación de una persona heterosexual con VIH prohibimos a los heteros donar? O ¿Cómo va esto? ¿Tienen ustedes más derechos? Déjese de demagogias absurdas y dañinas, que esto no es una guerra “heterosexuales contra homosexuales”.
En España, al igual que en la mayoría de países del mundo, a la hora de donar sangre, hemos de rellenar un cuestionario donde se nos pregunta por prácticas de riesgo como haberte hecho un tatuaje, viajado al extranjero o tomado antibióticos. Los donantes hemos de contestar con sinceridad. También a la pregunta de si hemos tenido relaciones sexuales sin protección con una nueva pareja. Si contestamos a todo que no de forma honesta, el riesgo es nulo, independientemente de ser heterosexual, homosexual o bisexual. El único problema es la honestidad, no la orientación sexual.
La infección por VIH se produce cuando hay una práctica sexual de riesgo sin preservativo, independientemente de ser gay, hetero o bisexual. Si una persona homosexual usa profilaxis y una heterosexual no, quien tiene riesgo de infección es el heterosexual. El riesgo no es ser homosexual sino no tener precauciones, es decir: no es la orientación sexual sino la práctica de riesgo. Si un gay siempre practica el sexo seguro, jamás pondrá en riesgo la vida de nadie. Exactamente igual que un hetero. Porque, aunque no le guste, somos iguales.
Según la directora del Plan Nacional contra el SIDA, en los últimos 10 años en España no se ha producido ninguna infección de VIH por transfusión sanguínea, pese a que muchos gais acudimos a donar regularmente. Cada donación tiene tres filtros para el control y análisis. No se pone en riesgo la salud de las personas al donar. En España jamás se nos ha prohibido participar en la acción solidaria de donar sangre. Francia va a cambiar su legislación, Gran Bretaña o Italia nos permiten donar, pero usted quiere que impulsemos la homofobia.
Señor Del Rosal, antes de decir sandeces homófobas que dañan a un colectivo profundamente discriminado, infórmese, piense y consulte para no caer en la soberbia y el desprecio que denuncia. Ser homosexual no produce riesgo de tener VIH. Ser ignorante sí, independientemente de su orientación sexual.
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