Desde el pasado 4 de septiembre los vecinos de La Iglesuela no pueden consumir agua del grifo. Esa misma jornada la Consejería de Sanidad decretó que no era apta para el consumo después de que el Consistorio presentará una denuncia ante el Servicio de Aguas de la Diputación de Toledo, informando del mal estado de la potabilizadora, que gestiona la empresa Aqualia, cuya suciedad provocaba mal olor y sabor en el líquido elemento.
Según recoge ABC, el alcalde de la localidad, Víctor Elvira, anunció en un comunicado que “este Ayuntamiento, pensando en sus vecinos y visitantes (sobre todo en fiestas) no podía dejar este hecho impune y realizará las denuncias oportunas a la empresa Aqualia por su dejadez en la gestión del agua”.
Mientras tanto, el propio Consistorio se ha encargado de comprar agua mineral embotellada que repartió en la nave polivalente del municipio, mientras que subrayó que “aquellas personas que se encuentren impedidas se les llevará el agua a su domicilio”. De la misma forma, Elvira dijo que “las facturas se reclamarán a Aqualia por su mala gestión”.
El anuncio de Sanidad se hizo oficial el día 4 de octubre a las 15 horas, por lo que no dio tiempo a que la Diputación de Toledo recibiera esta noticia para suministrar a La Iglesuela con agua potable a través de camiones cisterna.
En el mencionado comunicado, el regidor local señaló que “aunque dentro de la gestión del agua el Ayuntamiento no tiene nada que ver, ya que corresponde a la Diputación y esta gestión está transferida a Aqualia, es obligación del Consistorio avisar a sus vecinos de las anomalías que se están produciendo, y los hechos que nos ha llevado a realizar estas denuncias”.
Igualmente, informó que de los cuatro pueblos que beben del agua de la presa (y que debido a la sequía se encuentra en un estado paupérrimo, “solo, a día de hoy, La Iglesuela ha denunciado y es a la única que se le ha decretado agua no apta, por tanto debemos suponer que es por la mala gestión que Aqualia está llevando en la potabilizadora de la localidad”, añadió.
Ha sido el propio Ayuntamiento el que ha asumido los gastos de dos camiones de agua embotellada, con alrededor de 28.000 litros, mientras que llegaban los camiones cisterna de la Diputación de Toledo. Los gastos, que se reclamarán a Aqualia, han sido de alrededor de 4.000 euros.
Para finalizar, Elvira argumentó que “lo que queremos es un servicio integral y que controle la gestión que se está haciendo de estas balsas”.