En los últimos años se ha vuelto habitual que muchos amigos, familiares o conocidos hagan sus maletas cargadas de sueños y esperanzas para encontrar nuevas oportunidades y un futuro mejor fueras de las fronteras españolas.
A nadie se le escapa que el paro es una de las principales lacras que azotan a la sociedad de este país y, aunque la crisis parece ir remitiendo -o eso es lo que nos cuentan-, los abuelos hoy no pueden evitar recordar aquellos años en los que muchos españoles tuvieron que emigrar, principalmente a Alemania, para ganarse el pan.
Las cosas ahora tienen una novedad importante, y es que la mayoría de las personas que emigran al extranjero poseen una alta formación y titulaciones universitarias o de grado, sin olvidar una abultada experiencia, eso sí, como becarios o alumnos en prácticas.
Un total de 124.995 españoles abandonaron el país el año pasado, siendo un porcentaje muy alto de ellos los que fijaron sus residencias en esos estados de adopción. Este éxodo no ha parado.
También es cierto que visitar otros países para mejorar o aprender idiomas y desenvolverse laboralmente en otras culturas es algo que otros muchos tienen en mente, independientemente de las circunstancias económicas y laborales actuales.
La Voz del Tajo se ha puesto en contacto con muchos de estos talaveranos y vecinos de la amplísima comarca para saber cómo les ha ido, cuáles son sus perspectivas, cómo han asentado su vida fuera de su núcleo familiar y sus deseos de futuro respecto a volver a casa, sea o no por Navidad.