OPINIÓN

Page, Cospedal, Bono, Rajoy...

Vivo sin vivir en mí, más tan alta vida espero...

Alberto Retana | Martes 07 de julio de 2015
La capacidad de síntesis es una de las virtudes que más valoro en las personas y precisamente en estas líneas pretendo siempre apuntar con las palabras justas la multitud de ideas que la actualidad cruza cada día en nuestras cabezas.

La semana que hemos dejado atrás ha sido una de las más ajetreadas en la vida Emiliano García-Page, entre otras cosas porque ha vivido su investidura como presidente de Castilla-La Mancha y su toma de posesión en el Palacio de Fuensalida. Se ha rodeado de sus nuevos consejeros, con una escasa cuota toledana que mucha gente ha echado en falta, y afronta otros siete días claves en los que cubrirá los huecos restantes de su Gobierno para sustituir a los cargos que Cospedal nombró hace cuatro años y que abandonan ahora sus despachos. Ella, precisamente, es quien tampoco olvidará estos primeros días de julio porque la situación que han dictado las urnas le ha dejado con la miel en los labios y, en este sentido, ha querido hacer borrón y cuenta nueva abandonando a muchos de los adláteres que no le han parecido funcionar en esta legislatura, vistos los hechos. Cospedal fue también quien se encargó de poner en la diana al expresidente José Bono en el debate de las Cortes, aludiendo a la sombra alargada del que fuera Ministro de Defensa como mentor de Page. Sentada entre Pedro Sánchez, Barreda y el propio Bono, su rostro reflejaba perfectamete su estado de ánimo. Y quien falta en este poema en prosa es el presidente de Cospedal, que se ha tirado al barro de una forma desaforada en estos últimos días, quizá escarmentado por la nefasta política de comunicación del extinto equipo de Cospedal aquí. La caja de las pensiones ha menguado mientras la cuenta de resultados de los bancos ha crecido. Ha opinado y opina de todo, se las está llevando desde todos los sitios y no sabe dónde soltar la patata caliente. Igual se quema.

PP y Ciudadanos, más vale tarde que nunca

Este mismo martes, las formaciones locales del PP y Ciudadanos han anunciado su intención de firmar el Pacto por la Sanidad que garantizaría los mínimos del Hospital talaverano. Sin dejar de celebrarlo, porque aunar fuerzas siempre es positivo y ver cómo algunos caen del caballo cual el apóstol Pablo, sí llama poderosamente la atención que estos dos grupos lo hagan después de las elecciones y no antes como lo hicieron PSOE, Ganemos, IU, PODEMOS, UPyD y PACMA.
Permítanme la licencia pero aquello de ‘muerto el burro, la cebada al rabo’ viene que ni pintado para estos menesteres.

Y los enfermos de la hepatitis, a la espera

Y si seguimos hablando de Sanidad, quien no parece tener memoria –sino para lo que quiere– es el ministro del ramo, Alfonso Alonso, que semanas atrás aseguró que los enfermos de hepatitis, muriendo 12 al día por cierto, iban a recibir el tratamiento adecuado. Según me informan, siguen prácticamente igual sobre el asunto. Y lo peor de ello es que están viendo cómo su vida pende del hilo político de unos responsables más ocupados de los contrarios que de esas personas que dependen de sus decisiones. La vida es como un restaurante, nadie se va sin pagar.
Lo que hagamos aquí, aquí mismo se paga.

Nacho Villa se agarra al sillón de RTVCM

La ética y el señorío dictan, en las normas no escritas, que cuando un cargo elegido ‘digitalmente’ ya no cuenta con su preceptor lo normal es que abandone el puesto donde lo colocaron. Pues parece que el director de RTVCM, Ignacio Villa, hizo novillos ese día en el colegio. Con Cospedal fuera del Gobierno de Castilla-La Mancha lo normal sería que Villa hubiera dimitido y se marchara, algo que ocurrirá en algún momento, con la dignidad que arropa al gesto. No está siendo así y esa situación enquista aún más su tirante relación con el nuevo presidente y su entorno. Está clara su intención de cómo pasar a la historia.

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