LOCAL

El féretro con los restos mortales del alcalde fue llevado a hombros hasta La Colegial

Javier Fernández | Viernes 15 de agosto de 2014

Un respetuoso silencio irrumpía en la Plaza del Pan a la espera de la salida del féretro con los restos mortales del alcalde de Talavera, Gonzalo Lago; una calma que sólo se vio interrumpida por los calurosos y afectuosos aplausos que los ciudadanos le dedicaron desde la salida por la puerta noble del Ayuntamiento y hasta su entrada a la Colegiata de Santa María La Mayor -La Colegial-.

El ataúd fue trasladado desde las dependencias municipales hasta el templo eclesiástico a hombros de algunos de los hombres más importantes de su vida personal y profesional, como por ejemplo su hijo Gonzalo; sus amigos Juan y Domingo; el subdelegado del Gobierno en Toledo, José Julián Gregorio; y los concejales del equipo de Gobierno: Jaime Ramos, Arturo Castillo, José Luis Muelas, Florencio Gutiérrez y Roberto González.

Detrás de ellos el cortejo fúnebre lo encabezaban su mujer Pilar y su hija Esther, seguidas de hermanos, cuñados, sobrinos y amigos de Lago, así como autoridades políticas y militares. El mayor aplauso se escuchó a las puertas de La Colegial, donde el sacerdote Antonio Díaz Corralejo esperaba para iniciar la ceremonia religiosa.

 


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