Irene González Moreno | Jueves 14 de agosto de 2014
Viniste con un sueño entre las manos.
Y el sueño tenía un nombre: Talavera.
Querías que en todo fuera la primera
y que sus hijos fuéramos hermanos.
El tiempo ha sido avaro con tu suerte.
La enfermedad más cruel ha consumido
el fuego que tu sueño había encendido.
Y hoy nos aflige tu temprana muerte.
Fiel a la dignidad de tu legado,
en tu memoria quedará grabado:
“Talavera fue su única pasión”.
Hoy te lloramos los talaveranos.
Viniste con un sueño entre las manos
y te lo llevas en tu corazón.
Noticias relacionadas