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En la muerte de Gonzalo Lago, por José María Gómez Gómez

Irene González Moreno | Jueves 14 de agosto de 2014

Viniste con un sueño entre las manos.
Y el sueño tenía un nombre: Talavera.
Querías que en todo fuera la primera
y que sus hijos fuéramos hermanos.

El tiempo ha sido avaro con tu suerte.
La enfermedad más cruel ha consumido
el fuego que tu sueño había encendido.
Y hoy nos aflige tu temprana muerte.

Fiel a la dignidad de tu legado,
en tu memoria quedará grabado:
“Talavera fue su única pasión”.

Hoy te lloramos los talaveranos.
Viniste con un sueño entre las manos
y te lo llevas en tu corazón.

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