David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Stian Ytterdahl, noruego de 18 años, se encontraba cenando con sus amigos en McDonald´s cuando le propusieron que se tatuara la factura de la cena de ese día en su brazo como castigo por ser tan atractivo para las mujeres. Stian accedió y se hizo su primer y curioso tatuaje en el antebrazo y, lejos de avergonzarse, alardea de ello diciendo que tiene un tatuaje que nadie más tiene.
Según recoge Daily Mail, McDonald´s niega que se trate de una acción de publicidad y márketing de su empresa y se limita a decir que sólo se trata de un cliente fiel. El centro donde se tatuó le ha ofrecido a Stian tatuarle para la próxima vez el ticket de lo que le ha costado hacer el tatuaje en el otro brazo gratis, idea a la que Stian también a accedido.
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