Para ellos sus dos versiones son “una sarta de mentiras” y creen que su testimonio es clave en el caso
Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
La familia del cazador desaparecido el 30 de septiembre en la finca Los Baños, en el término de Aldeanueva de Barbarroya, ha decidido ofrecer su opinión a los medios 107 días después de que se perdiera el rastro de Antonio Fernández en lo que era, como habitualmente, una jornada de caza más. El abogado y portavoz de la familia, Jesús Lázaro, quiso hacer hincapié en las dos versiones ofrecidas por las dos personas que lo acompañaron en esta jornada cinegética y que conocieron los familiares en primera persona tras contactar con ellos.
VERSIONES. Primero les dijeron que fueron juntos a cazar en el mismo coche hasta las diez de la noche, aunque Antonio prefirió quedarse hasta la una, un hecho que no aceptan teniendo en cuenta que los días lluviosos no se oye la caza durante la espera, la visibilidad es escasa y además, Antonio, tras ser despedido días antes, “tenía todos los días para ir a cazar y no con esas condiciones”, dijo Lázaro. Al día siguiente, estos dos individuos ofrecieron otra versión: se quedaron a esperarle en el bar de una casa rural de Aldeanueva, aunque la familia ha comprobado que estaba cerrado el 30 de septiembre. Incluso tienen constancia de que la camarera que dijeron que les había atendido llevaba dos meses sin trabajar allí. “La familia no cree en las versiones de estas dos personas, ambas son falsas”, sentenció rotundo.
Estos dos hombres eran conocidos del cazador por su afición a la caza cinegética de la cual son expertos, aunque los familiares de Antonio no saben si era la primera vez que salían juntos.
El desasosiego es mayor porque Antonio “era un fumador empedernido y tras peinar la finca de casi 500 hectáreas no se ha encontrado ni una sola colilla”, explicó el letrado. Una vez analizadas estas circunstancias, la familia abandona la hipótesis de la desaparición voluntaria, sino que estiman que “haya sido violenta o forzada”. Otros argumentos para esta postura es que en el coche Antonio se dejó el almuerzo de ese día y la cartera con dinero, incluso “al día siguiente de su desaparición tenía que sellar el paro y ahora ha perdido la prestación por desempleo”. Igualmente, su familia no conoce ninguna circunstancia familiar ni personal para que desapareciera voluntariamente. Otra incógnita es la aparición del rifle, que se encontraba oculto, aunque desconocen si el arma estuvo ahí desde el primer día de la búsqueda, ni siquiera si Antonio llegó a pisar la finca.
Por eso, estas dos personas -vecinos de la zona de la Jara- “hoy en día son sospechosas para la familia por las dos versiones que nos han dado”, dijo Lázaro. Por lo tanto, “creemos que su testimonio es clave”, añadió, en un momento en el que desconocen las líneas de investigación y las diligencias practicadas, dado que se mantiene el secreto de sumario. “No acusamos a nadie, ya llegará el momento”, quiso recalcar. Sobre ambos individuos, el portavoz dijo no saber si están controlados por la Guardia Civil, únicamente resaltó que “colaboraron en la búsqueda durante dos días y no han vuelto”.
El abogado reconoció que “las esperanzas de la familia de encontrarle con vida son escasas, más cada día que pasa”. Los familiares se han personado en los autos, solicitando diligencias que tienen constancia que se han practicado, como la búsqueda en el pantano de Azután o en las orillas de esta reserva hídrica con perros especializados. Ahora tendrán que esperar a que se levante el secreto de sumario para pedir nuevas diligencias y así tomar las acciones que consideren necesarios “hasta las últimas consecuencias”.
La angustía y la situación de desamparo les ha llevado a solicitar la colaboración ciudadana por el medio que sea, máxime después de que la Guardia Civil haya distribuido un díptico con información sobre la desaparición de Antonio y sus características físicas. El desaparecido vivía en Talavera y tiene dos hijos, de 17 y 21 años, ambos estudiantes.
DATOS DE INTERÉS
Dos versiones diferentes de sus dos acompañantes
Se dejó la comida y la cartera en el coche
No se ha encontrado ni una sola colilla de este fumador empedernido
Acababa de ser despedido y tenía que sellar el paro
Su rifle apareció oculto un mes después a nueve kilómetros
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