Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
El día 1 de noviembre es una de las fechas más señaladas en el calendario de la mayoría de los españoles, siendo una de las más emotivas y especiales en recuerdo de aquellos que no se encuentran en la vida terrenal. El Día de Todos los Santos se vive con mucho fervor y espiritualidad. Los cementerios reciben la visita de decenas de familias que acuden fieles a la cita para llevar flores en recuerdo de sus familiares pérdidos. Rosas, claveles, crisántemos o gladiolos son algunas de las especies florales más demandadas en estas fechas para adornar las lápidas y nichos de los camposantos. Este hábito ha podido evidenciarse en el de Talavera.
Estos regalos florales, de manera simbólica, son la prueba más fiel de que las personas no desaparecen mientras que la memoria mantenga vivo su recuerdo. Día para la nostalgia y para vivirlo en familia, pensamientos y sentimientos muy alejados de lo que se vive la noche antes, con la fiesta de Halloween o fiesta de los muertos, una costumbre anglosajona que tiene mayor calado en edades tempranas por su carácter lúdico y festivo.
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