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Ángel Ballesteros: 'La entrada del carrito de Mondas en la Basílica es lo más poético, sorprendente y significativo de la fiesta'

El mantenedor de las Mondas, Ángel Ballesteros, durante su entrevista en La Voz del Tajo. (Foto: J.F.)

El Hijo Adoptivo de Talavera y mantenedor de nuestra fiesta grande explicó a La Voz del Tajo como cuando se comenzó con la recuperación de las Mondas se pensó que esto era como una Feria de Abril o unas fallas de Valencia.

Javier Fernández | Miércoles 23 de abril de 2014
P. - Se acabó la Semana Santa, paso obligado al inicio de la fiesta grande de Talavera: Las Mondas. A unos días de su inicio ¿sientes algo de responsabilidad como mantenedor de esta celebración?
R. - Sí. Con el pregón del Leño Florido empieza la semana grande. Es una carrera de ir de un lado a otro, presentar y presenciar actos, pero esto es vivir las Mondas.

P. - Es el segundo año en el que contamos con unas Mondas de Interés Turístico Nacional, ¿continuarán con el tirón que tuvieron el año pasado?
R. - A la hora de programarlas se ha buscado la continuidad. Tienen una hechura y unas raíces para profundizar en ellas, pero no cambiarlas. Sería una equivocación meter cosas nuevas. Con el esquema que se ha logrado se muestra lo que han sido las Mondas a través del tiempo. Lo que siempre varían son las carrozas. Este año no se han dejado pasar los 700 años de La Colegial y el centenario de Fernando Jiménez de Gregorio, así como obras recién acabadas como la restauración de las murallas o del Alfar del Carmen. Estas cosas hay que decírselas a los talaveranos.

P. - La Colegial está unida de forma intrínseca al cortejo, situada frente al Ayuntamiento en ese marco incomparable que es la Plaza del Pan.


R. - Las fotos más bonitas de las Mondas son las que tienen La Colegial al fondo. Durante muchos siglos ella era la protagonista, de allí salía el traslado de las Mondas a la ermita y allí regresaban; incluso la monda más importante, un panel de cera ilustrada con imágenes de santos, era de esta iglesia. Hay que recodar que existía la figura de un canónigo torero y un regidor torero y junto a un canónigo de Mondas, el Domingo de Resurrección pedían para el leño florido por las calles. En los siglos XVIII y XIX se separó la participación del clero, ya que cada parroquia llevaba su estandarte en el cortejo convirtiéndose así en un cortejo cívico que terminaba en la ermita con la ofrenda. Las Mondas no son unas fiestas lúdicas sino el ganado y la agricultura de las tierras de Talavera que se acercan a la Basílica para realizar la ofrenda a la patrona.

P. - Sobre el historiador belviseño, Jiménez de Gregorio, ¿es la manera de homenajear su trayectoria el papel que ha desempeñado en el estudio y difusión de la comarca?
R. - En estas Mondas va a estar muy presente. El archivero Rafael le dedica el fac símil de este año reconociendo su labor. Muy cerca estará también cuando se haga entrega del premio que lleva su nombre. Lástima que su estado físico le retraiga a salir, aunque su cabeza es única a día de hoy. Puede darse la sorpresa de que asista a algún acto. En las carrozas también estará presente; va a ser como la sabia escondida que hace florecer las Mondas de este año con su presencia.

P. - Estamos desgranando elementos de las Mondas, de los años de búsqueda en su historia. ¿Sientes que hace falta algo más en el terreno lúdico o festivo o que deben mantenerse tal y como están?
R. - Antes era la fiesta de los toros. Se toreaban 22 astados, aunque hoy día permanece esta esencia en la novillada del domingo. El esquema actual queda centrado en el leño florido, la semana cultural y de actos, el cortejo y los toros. Para potenciar más el tema taurino la empresa es complicada, ya que son muchas partes las implicadas en este negocio. Cuando presentamos un fac símil, encontramos material cada año. La joya de este año es un manuscrito de la historia de Talavera que se encontró en la Real Academia de Historia. En la copia que se ha conseguido se habla de las Mondas. Ya son 22 años consiguiendo documentos sobre esta fiesta, con lo que los lectores pueden ver como todo se hace con el espíritu de ahondar y fortalecer esta fiesta. La esencia sigue siendo la misma aunque hayan cambiado con el tiempo las formas. No sabemos si es la fiesta más antigua de España, como se dice, pero al menos es la única celebración que permite que animales entre hasta dentro de un templo eclesiástico: los carneros de Gamonal en la Basílica.

P. - Todos los actos giran en torno a la exaltación de Talavera y su comarca. ¿Eres de los que piensa que Talavera sin su comarca no es nada y viceversa?
R. - Siempre he dicho que las Mondas no se han perdido gracias a Gamonal. En los años 50 y 60 podían haber desparecido si este municipio no se hubiera presentado en la Ciudad de la Cerámica los martes de Pascua con el carrito de Montas para realizar su ofrenda a la patrona en la Basílica. Eso mantuvo la fiesta y desde ahí pudimos arrancar. Publiqué un artículo titulado 'Entierro de tercera', aunque poco a poco fui viendo que había algo escondido: el rito romano, la tradición. Caro Baroja publicó algo en esa línea pero alejado de la esencia actual. Yo vi que no era solo una fiesta de primavera, por eso rastree en el culto a Ceres, la ofrenda a la diosa en el Prado en el siglo IV y desde el año 602 a la Virgen del Prado. Ahora tenemos Semana Santa, pero desde hace siglos Talavera ha sido fiel a esta tradición. Yo soy de los que sigue el dicho popular de 'ni rey, ni Dios, ni Semana Santa', porque ya se preparaban los festejos de Mondas.

La comarca ha sido esencial. Aún recuerdo cuando Cebolla no quiso participar y le hicieron pleito. Todos los pueblos de la comarca natural procesionaban hasta la Colegial, se les recibía con responso de difunto y luego llevaban su ofrenda. El sentir de todos ellos ha sido evidente a lo largo de los años, un hecho que se simboliza con el intercambio de bastones en la Basílica. Muchas personas dicen que las Mondas son muy largas, pero es un día para parar los relojes. Cuando se canta la salve, el alcalde hace la ofrenda y el vicario responde todo habrá acabado hasta el año próximo.

P. - ¿Tienes la impresión de que la gente tiene más presente la historia y el significado de la fiesta, más allá de que es solo un cortejo?
R. - De hecho cuando comenzamos con la recuperación se pensó que esto era como una Feria de Abril o unas fallas de Valencia y se tuvo que luchar por eliminar todo lo sevillano y potenciar los trajes de talaverana, tanto el de alfarera como el antiguo, y potenciar lo regional como las gaitas y las chirimías. También se quitaron elementos de jolgorio más propios de las ferias de mayo o septiembre. También hubo una época en la que hubo que hacer comprender a las asociaciones de vecinos que el carácter del cortejo no podía ser reivindicativo, ya que el espíritu inicial que había que mantener era el de la ofrenda.

P. - Si tuvieras que quedarte con un momento que especialmente te llene.

R. - La entrada del carrito de Mondas en la Basílica. Es lo más poético, sorprendente y significativo del día. Es donde está la cristianización de un rito romano. Los carneros eran los animales de la Diosa Ceres.

P. - Llegaste a Talavera en 1975, ¿qué llamó tu atención para ahondarte en esta historia ancestral?
R. - Vinimos para que mi mujer ocupara la plaza de terapeuta ocupacional en este Hospital, ella es de Santa Olalla y era hija única. Yo decidí ir a una biblioteca en una Feria del Libro en Barcelona y encontré muchas parcelas que podía estudiar de esta ciudad. De la mano de mis artículos en La Voz fui descubriendo la ciudad y escribiendo sobre ello. 'Retales sueltos para un museo' fue una serie que me hizo enamorarme de la ciudad.

P. - Eres Hijo Adoptivo de Talavera y mantenedor de las Mondas. ¿En qué tienes ahora ocupado tu tiempo de investigación?
R. - Siempre mi interés ha ido de forma paralela entre las Mondas y la cerámica. El investigador hay veces que no sabe de qué escribir y van surgiendo cosas que le van sorprendiendo. Lo último que he encontrado es que en Nochebuena, en Talavera, se hacía el canto de las Sibilas en La Colegial, como se hacia en Toledo. Durante el Corpus, antiguamente, Talavera acogía muchas representaciones teatrales copiando también la tradición de la Ciudad Imperial. La pugna Talavera-Toledo ya se vivía también en lo religioso.

P. - Eres docente, poeta e historiador. ¿Qué faceta te apetece explotar más?
R. - Siempre sigo que soy poeta y terminé en divulgador. Cuando pasa un tiempo vuelvo a la poesía, para tomar aire nuevo. El verso no llega cuando el autor quiere sino cuando llega, aunque siempre hay motivos que empujan a escribir.

P. - Hace dos años se reconocía a las Mondas la mención de Interés Turístico Nacional, ¿es el momento de luchar por el Interés Turístico Internacional o hay que esperar?
R. - Siempre las frutas caen cuando están maduras. Las Mondas tiene que cuajarse y tomar raíces. Quizá dentro de cuatro o cinco años pueda iniciarse ese expediente, pero ahora mismo sería un traje demasiado grandes para nuestras fiestas. Dentro de unos años quizá sea hasta necesario porque se nos haya quedado pequeña la mención. Lo importante es que los avatares políticos no alteren la celebración y se mantengan las raíces y fuerza de las Mondas.

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