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Felipe Medina

Yo no voto a nadie

Yo no voto a nadie

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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No amigos, yo no votaré a nadie. Me paso el rito del voto por el arco del triunfo. He decidido no dar un cheque blanco a un sistema que cada vez se parece menos a una democracia.
No seré yo quien alimente el motor de una noria que da vueltas y vueltas sin que nada cambie. Me dan igual los unos, los otros y los de más allá. Todos, absolutamente todos, son los mismos perros, solo que con distintos collares. El día de las elecciones, me quedaré en mi casa, no estoy dispuesto a alimentar los compromisos exclusivos de la fauna política, propios de una detestable pseudogestión hueca, llena de sombras, socavones y putrefacción.

Me rebelo contra el actual sistema electoral que sustenta la casta política y que es propio de gobernantes medrosos e irresolutos que se aferran al poder miserablemente. ¿Por qué no desbloquean de una vez por todas, el necesario sistema electoral de listas abiertas que mejoraría ostensiblemente la voluntad ciudadana?, ¿Porque no se da viabilidad a que pudiesen concurrir libremente ciudadanos que no estén adscritos a una lista electoral? Probablemente, porque si se desmonta el actual sistema de listas cerradas y bloqueadas, en buena medida, el negocio de los partidos políticos se iría pique.

No voy a prestar mi voto a ninguna corporación política (P.S.O.E., P.P., IU. …) hasta tanto no tengan la decencia de realizar una verdadera separación e independencia de los poderes: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial. En nuestro país no existe separación de poderes. La Separación de Poderes que Montesquieu propugnaba como garantía contra el Despotismo, o el dominio de las Oligarquías, ha desaparecido al ser los mismos políticos quienes eligen a los fiscales que les pueden acusar y a los jueces que les deben juzgar.

No seré tan iluso de acudir como borrego a las urnas, hasta que no exista un fidedigno y estricto control sobre los políticos y sus responsabilidades, sus sueldos astronómicos, sus blindadas pensiones y el amplio abanico de abusivas ventajas y despilfarros que convierten a los políticos en ciudadanos vip y les envuelven de manera constante en casos de corrupción.

Ir a votar y ser parte del sistema, es otorgar la financiación con mi trabajo y mis impuestos del desmadre de coches oficiales y guardaespaldas, los viajecitos, las recalificaciones, los consejeros, las adjudicaciones a dedo, las compras de portátiles para sus señorías, las comilonas, las tarjetas de crédito, el abuso de autoridad, la inoperancia y la absoluta ambigüedad y patetismo que cierra filas en torno a los políticos y que hacen que este país sea un absoluto caos al borde de un abismo.

Muchos ciudadanos muestran abiertamente la defensa del boto en blanco en base a su total disconformidad con la fauna política que maneja el país como si fuera su cortijo pero, manifiestan de paso: “si no vas a votar no te quejes de los políticos”. Es como los refranes, la gente lo oye y se dedica a repetirlo a diestro y siniestro sin plantearse que en realidad, con el voto en blanco, de una u otra forma, están siendo participes de un sistema que hace aguas y cada vez se parece menos a una democracia. Estoy convencido que la abstención es la respuesta más útil y el castigo que, sin lugar a ninguna duda, merecen los políticos por arruinar a los hogares, las familias, los trabajadores y los más débiles; por llenar cada día los comedores públicos, por embargar su casa a quien se queda sin trabajo y no puede pagar el recibo de la hipoteca, por mantener sin ilusión, esperanza ni expectativa a millones de jóvenes que buscan su primer empleo; por robar tanto y por ser tan torpes e incapaces.

No moveré un solo dedo para ir a votar y que con ello, la inservible reliquia monárquica que heredamos del franquismo siga siendo mantenida con mi trabajo e impuestos. Es patente que, esta numerosa familia real, supone un enorme gasto en vano, con el que se podrían crear montones de puestos de trabajo.

Por decencia, sensatez y dignidad, mi opción inamovible será la abstención. Ojala que, muchos de ustedes escojan esta legítima alternativa.

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