Buenos días. Acabo de despertarme y quería decirte que he soñado contigo. Un sueño luminoso, nítido y perfecto. Un sueño en 4K. Era una noche de verano, con ese frescor agradable tan propio de tu tierra. Te esperaba tomando algo lleno de ilusión ante tu llegada inminente. Mis ojos no se apartaban de la puerta ávidos de tu imagen y de tu presencia. Dichosa la espera de quién está enamorado y sabe que su amor no tardará en estar a su lado.
Te vi llegar buscándome con tu mirada hasta cruzarse con la mía. Alta y bella, poderosa y única. Sonreíste llenando de luz toda la terraza y caminaste decidida hacia mi que ya me había levantado para saludarte sin dejar de contemplarte. Tu ligero vestido de flores moviéndose con la cadencia armónica de tu paso, envolviendo tus formas tan deseadas por mi, tan exploradas con la pasión de mis caricias.
Me abrazaste mientras tus labios, carnosos y dulces, se posaban en los míos, haciéndome estremecer al compás de tu beso. Pleno y profundo, pórtico de placeres y sentimientos. Un beso que cerraba el círculo de la espera. Un beso que era mucho más que un beso. Era alma, esencia, pasado y futuro. Un beso que eras tú, joven y hermosa, tierno y atrevido, dulce y salado como el no lejano mar.
Entonces me miraste y dijiste mi nombre. Escuché tu voz, melodía perfecta. Esa voz algo cantarina y chispeante. Mi nombre escuchado de tus labios, hipnotizado por tus ojos del color del bosque, verde y miel, me abstraían del resto del mundo. Anoche te soñé y me llamaste con amor para despertar con el eco de tu voz en mi silencio. Tú voz casi olvidada, perdida.
Quería decirte que he soñado contigo, decírtelo aquí sin más demora, por miedo a olvidar el sueño. Con miedo a olvidar de nuevo el sonido de tu voz, el color de tus ojos, el calor de tu sonrisa. De olvidar la felicidad de amarte y de vivir aquella vida que no es esta. He soñado contigo y me has llamado. No se muy bien que significa, pero prometo buscarte y preguntártelo. Prometo encontrarte y frente a tu tumba decir que te he soñado y me has llamado, decirte que allí estoy, junto a ti, llorando.