La Cofradía de la Santa Caridad ha renovado y reforzado su compromiso con el Centro Penitenciario Ocaña I mediante la donación de material deportivo, un gesto que no solo cubre necesidades físicas, sino que se erige como símbolo del acompañamiento continuo a los reclusos en su proceso de rehabilitación. Esta colaboración, en estrecha alianza con la Pastoral Penitenciaria de la Archidiócesis de Toledo, es una manifestación concreta de la Doctrina Social de la Iglesia, que insiste en la dignificación y redención de aquellos que se encuentran en los márgenes de la sociedad.
Fernando Redondo Benito, Mayordomo de Finados de la Cofradía, expresa con firmeza: “Las cárceles son, como ha dicho el Papa Francisco, espacios donde el Evangelio cobra vida. Estar junto a los internos, acompañarlos en su dolor y sus anhelos, es comprender la esencia del mensaje de Cristo. En cada uno de ellos encontramos el rostro de Jesús, que nos llama a no mirar hacia otro lado, sino a caminar a su lado”.
Este compromiso no se limita a una donación puntual. Para la Cofradía de la Santa Caridad, se trata de estar presentes, de ofrecer una mano amiga que ayuda a los reclusos a reconstruir sus vidas y a encontrar en el deporte un camino hacia la superación personal y social. “No es solo cuestión de donar, sino de acompañar. Nuestra misión no termina cuando entregamos material deportivo; comienza cuando escuchamos, caminamos y servimos junto a quienes más lo necesitan”, subraya Fernando Redondo Benito.
La Pastoral Penitenciaria, pilar esencial en la vida de las cárceles, encuentra en la Cofradía de la Santa Caridad un aliado comprometido con la transformación personal y espiritual de los internos. A través de esta colaboración, capellanes, voluntarios y la propia Cofradía brindan un acompañamiento cercano a los internos, no solo desde lo material, sino en un esfuerzo por restaurar la dignidad y la esperanza en sus vidas.
El Papa Francisco ha sido claro al señalar que la cárcel debe ser “un espacio de esperanza y redención”, una enseñanza que inspira a la Cofradía a estar presente allí donde el dolor y la soledad son más palpables. “El Evangelio no se entiende si no se vive con aquellos que sufren”, afirma Redondo Benito. “Nuestro trabajo en Ocaña I es un testimonio vivo de esta misión: estar junto a los reclusos, no como benefactores, sino como hermanos, compartiendo su camino hacia la libertad interior”.
En el siglo XXI, las cofradías y hermandades han dejado de ser vistas solo como instituciones religiosas o procesionales. En España, y particularmente en Toledo, se han convertido en auténticos motores de acción social, llevando el mensaje del Evangelio a las "periferias existenciales", como las define el Papa Francisco. La Cofradía de la Santa Caridad, fiel a su vocación, ha hecho de su compromiso con los presos, enfermos y marginados una prioridad inquebrantable.
Fernando Redondo Benito subraya que “la fe no se vive de forma abstracta. En la Santa Caridad creemos que la verdadera devoción se demuestra en la acción. No basta con participar en procesiones o ceremonias; debemos estar al lado de quienes más lo necesitan, día a día, ofreciendo apoyo real y acompañamiento fraterno. Por eso, nuestro compromiso con la Pastoral Penitenciaria y los internos de Ocaña I no es un gesto aislado, es una expresión continua de nuestra fe en acción”.
La Cofradía de la Santa Caridad desea expresar su cercanía y apoyo a toda la familia penitenciaria española, desde los capellanes y voluntarios hasta los trabajadores que se esfuerzan por mejorar las condiciones de vida de los reclusos. “Queremos enviar un mensaje de esperanza y fraternidad a todos aquellos que, con dedicación y compromiso, acompañan a los internos en su difícil camino hacia la reinserción. Sepan que no están solos; la Santa Caridad estará siempre a su lado, recordando que en cada gesto de servicio encontramos el verdadero rostro del Evangelio”, concluyó Fernando Redondo Benito.
Con este compromiso renovado, la Cofradía reafirma su vocación de servicio y amor hacia los más vulnerables, recordando las palabras de Jesús: “Lo que hicisteis con uno de estos hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. Así, la Cofradía se convierte en un testimonio vivo de la caridad cristiana en los lugares donde más se necesita: las cárceles.