Este jueves iba a tener lugar lugar en la Avenida de la Estación, 63, en Torrijos, (Toledo), el primer decomiso de una mascota bajo la reciente Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales.
El animal en cuestión es un pequeño cocodrilo de la especie Osteolaemustetraspis, conocido por ser el cocodrilo más pequeño del mundo. Este ejemplar pesa más de 2 kg y ha vivido durante nueve años bajo el cuidado de su dueño, en un núcleo zoológico autorizado.
En el lugar han estado presentes el afectado y propietario de los animales, su abogado, y una comitiva de personas que se han manifestado en protesta por la intervención, ha informado la Federación Fauna.
La intervención se iba a lleva a cabo tras una inspección realizada por agentes del SEPRONA, asistidos por personal que no se identifica con arreglo a la normativa vigente en el acta.
Según el testimonio del propietario, sólo dos de las ocho personas que participaron en la inspección se identificaron adecuadamente.
"La intervención ha suscitado preocupaciones sobre la legalidad y transparencia del procedimiento, ya que la ley requiere que todos los intervinientes se identifiquen correctamente con su TIP o NIP en caso de ser fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y aduanas, o DNI en el resto de los casos".
La Ley 7/2023, que entró en vigor el 29 de septiembre de 2023, establece que las autoridades competentes deben intervenir y trasladar animales a centros de protección hasta que se publique un listado positivo de especies permitidas.
Sin embargo, el propietario del cocodrilo asegura que el animal cuenta con todos sus papeles en regla y recibe un cuidado óptimo, cuestionando la necesidad y justificación de la intervención y el traslado del animal a otras instalaciones.
El Director General de la DGDA, José Ramón Becerra, ha reconocido públicamente que la ley presenta errores y ha instado a las comunidades autónomas a no intervenir en estos casos. "La controversia se amplía con la sospecha de irregularidades en la inspección, lo que podría llevar a posibles sanciones para los involucrados, incluidos los agentes".
Además del cocodrilo, otros animales con documentación legal, pero pendientes de marcado también están siendo intervenidos. Esta situación ha generado críticas, ya que la falta de marcado es un aspecto subsanable y no debería justificar decomisos inmediatos.
La intervención ha desatado un debate sobre la proporcionalidad y la legalidad de la nueva ley, destacando la necesidad de un enfoque más equilibrado y justo en la protección y bienestar de los animales.
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