La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos) emitió una alerta este viernes 10 de mayo sobre una tormenta geomagnética severa, un evento que podría perturbar significativamente nuestra tecnología e infraestructuras hasta este domingo 12 de mayo.
Tal y como explicó hace unos meses el científico de El Puente del Arzobispo (Toledo) Víctor Manuel Sánchez Carrasco, lo primero que hay que tener en cuenta es que la actividad solar aumenta y disminuye en ciclos de aproximadamente 11 años, esto quiere decir que en ese periodo de tiempo en el sol van apareciendo manchas solares y cada vez es un número mayor hasta que alcanza un máximo. Pero, ¿qué es una mancha solar? Es simplemente una zona oscura que aparecen en la superficie del sol, aunque realmente están a 4.500 grados, se conocen como “regiones más frías del sol”, el resto de la superficie está a 6.000 grados y el interior o la atmósfera a millones de grados.
El número de manchas solares nos da una idea de la actividad que tiene el sol, cuanto mayor es el número, más activo es el sol y un sol activo quiere decir que puede provocar más tormentas solares y tener mucha más influencia en la tierra. La clave es que afectan mucho a las tecnologías que tenemos, por eso es muy importante observarlas, estudiarlas e investigar cuándo se pueden producir, aunque sea difícil, y una vez que se ha producido saber si vienen directamente a la Tierra.
Según National Geographic el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la NOAA, una división del Servicio Meteorológico Nacional, ha estado registrando un gran cúmulo de manchas solares que ha producido varias llamaradas solares desde el miércoles 8 de mayo a las 5:00 horas.
Al menos cinco de estas llamaradas están asociadas con CMEs que, según se reporta, tienen trayectoria hacia nuestro planeta. Estos fenómenos son explosiones de plasma y campos magnéticos desde la corona del Sol que, al estar dirigidos hacia la Tierra, causan tormentas geomagnéticas.
Tal y como ha informado National Geographic, las consecuencias para la Tierra, aunque difíciles de predecir con exactitud, podrían ser significativas. La capacidad de estas tormentas para ionizar la atmósfera superior puede generar interrupciones en las señales de radio y satélite, afectando comunicaciones y navegación a gran escala. Más preocupante aún, si tales eventos coinciden con desastres naturales como terremotos o tsunamis, las repercusiones podrían ser catastróficas.
Los efectos de las tormentas solares de gran intensidad no se limitan solo a la tecnología; también pueden generar corrientes eléctricas que dañen infraestructuras de metal en la Tierra, afectando redes eléctricas y vías de tren. Además, la exposición a niveles elevados de radiación durante estos eventos es una preocupación significativa para los pasajeros de aviones y personal en el espacio.