Una operación conjunta de Policía Nacional, Mossos d'Esquadra y Europol iniciada hace seis años ha permitido desmantelar el mayor taller de fabricación de monedas falsas de dos euros de España y el más importante de Europa en la última década. Los talleres de fabricación se encontraban en la localidad de Villacañas (Toledo) y en Barcelona.
Se trata de una parte de una "macro organización" formada por ciudadanos de origen chino que ha introducido al menos hasta donde se tiene constancia, 100.000 monedas falsas en el mercado español y cerca de 400.000 en el resto de Europa, todas ellas de valor facial de dos euros de gran calidad.
Así lo han destacado sus responsables durante la presentación, este miércoles, de los resultados de una operación iniciada en 2018 y que sigue abierta, pero que hasta el momento se ha saldado con una decena de detenidos, tres de los cuales se encuentran actualmente en prisión, según ha destacado el jefe del grupo de operaciones de la Brigada de Investigaciones del Banco de España, el inspector José María Jiménez.
La investigación, iniciada en 2018, ha contado con "extremas dificultades y una larga duración" debido al carácter "hermético de la organización", que nunca fabricaba las monedas al tiempo que las distribuían para evitar que los relacionaran, tal como ha señalado el inspector de la Brigada de Extranjería de la Brigada Provincial de Madrid Víctor de las Heras.
De las Heras ha indicado que, para no llamar la atención, conectaban las máquinas de forma ilegal al suministro eléctrico y estaban preparadas para hacer muy poco ruido durante su funcionamiento, fabricando hasta 900 monedas al día. Además, la trazabilidad era "prácticamente nula" y la organización se caracterizaba por una "alta movilidad" de los talleres de fabricación, detectados tanto en Barcelona como en Villacañas (Toledo).
Las primeras pesquisas se iniciaron en septiembre de 2018, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal presuntamente dedicada a la producción y distribución de monedas falsas de valor facial de dos euros.
Se trata de monedas con un peso y aspecto muy similar a de las auténticas, incluyendo el grabado en el canto de las mismas. El material llegaba por separado desde lugares como Grecia o Portugal, lo que impedía relacionarlo con esta actividad ilícita al pasar por las aduanas.
LA INVESTIGACIÓN
En un primer momento, la investigación se centró en la zona del centro peninsular, evidenciando que estarían implicadas un número indeterminado de personas.
Entre los años 2018 y 2021 se realizaron diferentes actuaciones policiales que acreditaron la existencia de características similares, lo que hizo sospechar a los agentes que se trataba de la misma organización criminal.
En concreto, entre septiembre y octubre de 2018 se incautaron casi 25.000 euros en monedas falsas de dos euros. Meses después (en julio de 2019) los agentes realizaron un registro en una nave del municipio madrileño de Fuenlabrada que resultó haber sido un taller de fabricación de monedas falsas.
Pese a que se encontraba recién desmantelado, localizaron elementos de los que se componen las monedas de dos euros -anillos y núcleos- directamente relacionados con las intervenidas el año anterior. Durante los primeros meses de 2020 nuevamente se intervinieron casi 34.000 euros en monedas falsas de dos euros de la misma clase, mientras que en mayo de 2021, gracias a la denuncia de un ciudadano chino que tenía alquilado un local de masaje en Barcelona a otros compatriotas suyos -los cuales le debían parte de la renta-, los Mossos d'Esquadra localizaron unas 20 cajas con cospeles de dos euros sin acuñar, elementos para su acuñación y multitud de monedas falsas de dos euros.
La actividad criminal investigada hasta el momento mostraba una serie de características comunes. En primer lugar, la nacionalidad de los autores (de origen chino). Por otra parte, el mismo modus operandi. Los investigados acudían a salones de juegos y casinos, donde apostaban en máquinas que funcionan con monedas, introduciendo en ellas grandes cantidades de moneda falsa de dos euros, las cuales presentaban las mismas características técnicas y una alta calidad en sus terminaciones.
Según los investigadores, los miembros de la organización realizaban la producción en un breve periodo de tiempo. Una vez terminada la tirada de monedas paraban, vendían todo lo producido, y se trasladaban a otro lugar donde permanecían en estado latente hasta iniciar otra tirada.
Ya en 2024, los investigadores tuvieron conocimiento de una actuación policial llevada a cabo en marzo por la Policía Municipal de Madrid. A consecuencia de un control vial de alcoholemia, los agentes pararon a un vehículo ocupado por tres ciudadanos chinos que, tras las primeras comprobaciones, mostraron un comportamiento inquieto y nervioso.
14.500 MONEDAS EN UN VEHÍCULO EN MADRID
Esto motivó un registro completo del vehículo que les permitió localizar en el maletero una gran cantidad de monedas de dos euros repartidas en 48 bolsas, conteniendo cada una de ellas 300 unidades, motivo por el que los tres ocupantes fueron detenidos.
En total, intervinieron más de 14.500 monedas falsas de dos euros y un elemento metálico de forma cilíndrica, cuyo estudio y análisis -realizado por el Centro Nacional de Análisis del Banco de España- determinó que sus características se correspondían con las que poseía uno de los elementos empleados por los falsificadores para la acuñación de las monedas ilegítimas, tratándose concretamente de un "porta-troquel". Finalmente, los arrestados pasaron a disposición judicial, decretándose su ingreso en prisión.
Las gestiones policiales realizadas a partir de ese momento permitieron acreditar que los arrestados frecuentaban la localidad toledana de Villacañas y ubicaron una nave industrial que podría corresponder con el lugar de producción de las monedas incautadas.
Tras analizar los movimientos realizados por los detenidos en los últimos meses --algunos de ellos, como el maestro herrero, conocidos por los agentes de Extranjería por frecuentar locales de alterne--, los investigadores concluyeron que, además de los arrestados, habría más personas relacionadas con la investigación, pero todavía no identificadas.
También llegaron a la conclusión de que, además, en el taller desmantelado se habría realizado una tirada de monedas falsas de dos euros en un número indeterminado pero elevado, y en un tiempo aproximado de tres meses, a las que habrían dado salida distribuyéndolas en un corto espacio de tiempo.
Finalmente, a mediados del mes de abril los agentes realizaron el registro de la nave. Como resultado del mismo, intervinieron múltiples troqueles para acuñar monedas de dos euros, porta-troqueles, 29.000 núcleos para fabricar monedas falsas, dos prensas hidráulicas de grandes dimensiones, tres máquinas de accionamiento manual y electromecánico para el troquelado del canto de la moneda falsa, dos básculas de precisión, dos compresores y una bomba de agua.
Asimismo, incautaron diversas monedas ya acuñadas y numeroso material mecánico y eléctrico de repuesto para las distintas máquinas intervenidas.
También en Badalona (Barcelona) se ubicó un taller en el que se podrían haber fabricado hasta 80.000 monedas, según ha detallado el jefe de la Unidad de Falsificación de los Mossos d'Esquadra, el subinspector Sergi Sánchez, quien ha añadido que muchas de ellas, además de ser blanqueadas en salones recreativos, eran también vendidas --a un precio de 80 céntimos-- para su introducción al mercado a través de pequeños comercios para turistas en lugares de Barcelona como Ciutadella y L'Eixample.