No sé si se acordarán, pero les decía hace una semana que las elecciones vascas eran el primer plebiscito que tenía que superar Pedro Sánchez en este maratón electoral que le toca recorrer durante 2024.
Pues bien, el aprobado ha salido raspado aunque duerme el presidente un poco más tranquilo porque sus oponentes más directos siguen cosechando resultados nada ostentosos. Si el PP ha subido un diputado en el País Vasco, los socialistas suben dos.
En fin, continuará la tensión en breve cuando se cuenten los votos en la Cataluña con más incertidumbre que nunca y en las elecciones europeas que ganará el partido de Feijóo, o eso parece.
Aquí, por lo pronto, seguimos escuchando las mayores tonterías por boca de unos dirigentes levantinos a los que ya ni las pruebas les harán cambiar de opinión ni salir de su inopia. Resulta que la sequía catalana se va a mitigar con un barco-desaladora que va a producir más rápido, más agua, y más barata que cualquier trasvase o envío en cubas. Y en Murcia y Valencia siguen empeñados en perpetuar el Tajo-Segura.
Eso sí, se les ha pillado con el carrito del helado en forma de los 62 hectómetros cúbicos de agua para regar limones que se han quedado sin recoger. Todo el abastecimiento de Albacete capital para seis años, echados a perder para ver cómo caían los frutos del árbol. Qué bien lo dijo aquel día Federico Trillo, “manda huevos”.
Y remato con unos inútiles de diversa calaña a los que siguen otros cuantos abertzales con poco seso y demasiada lengua. Desde la inoperancia y la desfachatez de tener que comerse un informe técnico de los propios funcionarios del Ayuntamiento de Talavera, el concejal de la cosa en ese municipio no tiene siquiera la vergüenza de esconderse por el ridículo mostrado a la ciudad, a la ciudadanía y al resto de la región con la bomba de humo de ‘La Nao’, muy propia de los fuegos artificiales que inventaron en un gran país oriental.
Más bien los chinos parecen haber sido el concejal y “los dos alcaldes” que manejan los hilos de la Ciudad de la Cerámica. Se dejaron engañar por planos copiados y terrenos de los que no tienen ni idea para hacerse una foto, una más, y demostrar sus capacidades. Esas capacidades que cada vez se ponen más de manifiesto, porque ya son el doble que el año pasado. En 2023, nada y este año, nada de nada.