Hace poco más de un año —en septiembre de 2022— dábamos a conocer a la sociedad talaverana de nuestra comarca el arte de uno de nuestros artistas desconocidos: Rafael París Rodríguez, un talaverano anónimo más, aunque de orígenes parrillanos —allí nació— hace ya más de sesenta y cinco años. Hoy jubilado Rafa ejerce de autodidacta de la artesanía ceramista denominada “trencadis”, que tuvo como precursor al célebre arquitecto catalán Antoni Gaudí y que fue muy popular en la corriente arquitectónica conocida como Modernismo Catalán en los siglos XIX y XX.
Sólo se deja llevar por deseo de crear piezas, sin más interés que dar visibilidad a sus ideas con la azulejería para crear figuras que siguen estando en su ideario por adornar su parcela de 600 metros cuadrados en una de las urbanizaciones de las afueras de Talavera. Jamás cuantifica las horas de dedicación y los recursos económicos empleados para hacer realidad su proyectos.
Armado de paciencia para ir encajando las piezas de su proyecto, Rafa no mira el reloj entre otras muchas razones porque no tiene prisas. Porcelanas, teselas, hierro, cemento, hormigón o vidrio esperan su turno para que nuestro protagonista modele su obra. Previamente ha investigado minuciosamente, y analizado en profundidad, lo que quiere plasmar para deleite de quienes tendremos la oportunidad de presenciarlo.
Recientemente hemos estado en su casa y hemos tenido la ocasión de contemplar todos y cada uno de los detalles de su última creación: el faro. Un obelisco que domina la parcela, pero que en principio no era su objetivo. Rafa nos lo explica: “mi idea era crear una palmera de cuyo tronco salieran las hojas para que con unas cadenas metálicas colgaran lámparas que iluminaran el jardín. Y cuando estaba preparando los elementos observé que una higuera podría dificultar su instalación. Josefina, hermana de mi cuñada Isabel, me dio la idea de que quizás lo más apropiado sería construir un faro. Y dicho y hecho, me puse manos a la obra para dar forma a los 4 metros y sesenta centímetros que tiene de altura y que hoy ya es una realidad”.
Horas y horas de dedicación para que el hierro, el hormigón y el mallazo como refuerzo de la estructura tengan la configuración que pueden observar en las imágenes. Después paciencia y más paciencia para colocar pieza a pieza de la torre: la base, el fuste, la cámara de servicio, su balconcillo exterior con elementos de seguridad metálica y la linterna. Y obra concluida para satisfacción de su autor, orgullo de su familia y admiración de quienes hemos tenido la oportunidad de contemplarlo.
Conociendo como conozco a Rafa sé que no va a poner el punto y final aquí. Él mismo me confesaba que entresueños se despierta en alguna ocasión sobresaltado con obras que están en su magín. Que uno sepa, y espero que no se me enfade si lo hago público, el hecho de poder crear algún día la torre Eiffel que ilumine el fondo de su parcela. Estoy convencido que si se lo propone y mantiene el objetivo de divertirse y relajarse, no tardaré mucho tiempo en mostrársela a todos ustedes. De momento, disfruten del faro y del rosetón de nuestra Colegial, que durante el primer reportaje sobre nuestro protagonista aún estaba dentro de su mente y hoy emergen uno de los muros de entrada de su parcela hogar. Y es que nuestro protagonista lo sigue teniendo muy claro: “mientras siga teniendo fuerzas el azulejo de Talavera seguirá teniendo vida”. Conociendo su empeño y pasión, no nos cabe la mejor duda de que así será.
Si (
No(
