En los últimos años ha surgido un
gran interés en la población por la alimentación, donde se han generado múltiples debates y fomentado algunos mitos que venimos a resolver. Todo ello en busca de una correcta y saludable forma de alimentarse, hilado, sin ninguna duda, al auge de la actividad deportiva y el uso de los gimnasios.
Según www.nutritienda.com, la empresa líder online en productos de salud y belleza en España y Portugal, una séptima parte de la población nacional no se alimenta correctamente, lo que puede derivar en enfermedades cardiovasculares. Debido a esto, España se sitúa anualmente con 44.000 muertes asociadas a problemas del corazón debidos a una mala alimentación.
Los expertos nutricionistas de Nutritienda.com han desvelado aquellos mitos y falsedades que han ido surgiendo en torno a alimentación y, además, son corregidos para implementar una correcta nutrición:
1. El pan y la pasta engordan
Ni pan ni la pasta son responsables, por ellos solos, de aumentar el peso, aunque todo ello dependerá de la cantidad consumida y el estilo de vida de la persona que lo ingesta. En el caso del pan, una opción mucho más saludable es el pan integral o de grano entero, que proporciona beneficios nutricionales como fibra, vitaminas y minerales.
En el caso de la pasta, el problema surge con el acompañamiento de esta misma, es decir, se debe evitar el exceso de queso, bacon, carnes y salsas que aumentan calóricamente el plato. Aunque, independientemente, es mucho más beneficioso, al igual que el pan, incurrir en una ingesta de pasta integral.
2. Beber agua durante la comida perjudica la digestión
Consumir agua durante las comidas y cenas no diluye, significativamente, los jugos gástricos necesarios para la digestión, incluso es recomendable hacerlo para mantener una correcta hidratación.
3. Las grasas vegetales son mejores que las grasas animales
No todas las grasas vegetales son beneficiosas y así lo demuestran los aceites refinados. El uso de la grasa propia del aguacate y el aceite de oliva, en cambio, sí lo son. Por el contrario, algunas grasas animales, como las del pescado graso, son muy beneficiosas por su contenido en ácidos grasos omega-3.
De todas formas, la nutricionista Irene Lezcano insiste en que, independientemente del estilo de vida y alimentación que se lleve, “lo importante es que las fuentes sean de calidad”.
4. No se debe comer fruta tras las comidas
La fruta es una parte muy importante de la dieta equilibrada y su ingesta puede realizarse antes, durante y después de las comidas, ya que proporciona nutrientes esenciales y antioxidantes. Además, su contenido de agua y fibra ayudan a saciar y controlar el apetito.
5. El azúcar es lo que más engorda
Está claro que la reducción del consumo de azúcar es saludable, pero no es el único método para la pérdida de peso, ya que este se ve influenciado por la ingesta total de las calorías, la calidad de los alimentos y la actividad física.
Por otra parte, se debe aprender a distinguir entre los azúcares naturales y saludables, presentes en las frutas, y los azúcares añadidos, presentes en alimentos procesados, los cuales sí son perjudiciales para la salud.
6. El zumo de limón en ayunas ayuda a quemar grasa
Es una afirmación completamente falsa, ya que la pérdida de peso se logra con un balance calórico negativo, es decir, consumiendo menos calorías que las quemadas. El zumo de limón ayuda, simplemente, a la hidratación y aportación de vitamina C, pero no es una solución para quemar grasa.
7. Comer con sal aumenta de peso
La sal, en sí misma, no tiene calorías, por lo que no contribuye, directamente, al aumento de peso. En cambio, su consumo excesivo conlleva retención de líquidos y causa hinchazón, la cual puede ser solventada con una buena hidratación y una reducción de su consumo.
Además, es importante resaltar la necesidad de mantener un equilibrio adecuado de sodio en la dieta, ya que esto puede derivar en problemas cardiovasculares.
8. Se deben eliminar los carbohidratos para adelgazar
Los carbohidratos, realmente, son una fuente importante de energía para nuestro cuerpo y deben formar parte de la dieta equilibrada. Y, como se ha recalcado previamente, lo importante es el tipo de carbohidrato y la calidad de este mismo producto. Se debe apostar por carbohidratos complejos, como son los granos enteros, las frutas y las verduras, en vez de los carbohidratos refinados, como son los azúcares y harinas procesadas.
9. Las dietas restrictivas son la solución
Este tipo de alimentación, optado por aquellos que buscan resultados rápidos, es insostenible a largo plazo y llega a ser perjudicial para la salud. Según la nutricionista, Irene Lezcano “las dietas extremadamente bajas en calorías o que excluyen grupos enteros de alimentos pueden provocar deficiencias nutricionales y desequilibrios en el organismo”.
10. Los alimentos orgánicos son más sanos
Los alimentos orgánicos han experimentado un extraordinario auge, debido a su cultivo sin uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos, por lo que se ha asumido que son más saludables. La realidad es que no necesariamente lo son, pero la elección entre ellos y los convencionales debe basarse en las preferencias personales.
11. Las embarazadas comen por dos
Esta creencia puede llevar a un aumento excesivo y a problemas de salud. Si bien es cierto que durante el embarazo se requiere una ingesta calórica mayor, pero no es necesario duplicar los alimentos. Lo importante reside en la calidad de los alimentos y en que satisfagan las necesidades nutricionales adecuadas para la madre y el bebé.
12. Saltarse comidas ayuda en la pérdida de peso
Esta afirmación es falsa e, incluso, es una decisión contraproducente, ya que puede desencadenar atracones posteriores, que provoca un excesivo consumo de calorías y una mala relación de la comida. En vez de saltarse una comida, es mejor optar por alimentos saludables y controlar las cantidades.
13. Los productos light son más saludables
Si bien es cierto que estos productos categorizados como lights pueden tener menos grasa o azúcares, pero, al mismo tiempo, podrían estar estabilizando esa falta con aditivos y sustitutos artificiales para evitar la pérdida de sabor y textura. Para evitar esto, es fundamental revisar el listado de ingredientes y comprobar la calidad de su composición.
14. La fruta madura engorda más
Esta creencia está fundamentada en que, por el paso del tiempo durante la fase de maduración, la fruta cambia de composición, tanto física, química como organoléptica, es decir, sabor, textura y olor.
Lo que sucede es que los almidones de la fruta se descomponen en azúcares simples, como la fructosa, y se acumula más agua, por ello la fruta madura es más dulce y pesa más. Además, los ácidos van disminuyendo, modificando el sabor agrio por uno más suave que se intensifica con el sabor dulce característico de la fruta madura.
A pesar de estos cambios, las calorías y las fibras que aportan la fruta son las mismas. Aunque, si bien es cierto, que estas se vuelven más fáciles de digerir, por lo que los azúcares aumentan más rápido en sangre.
15. Se deben hacer cinco comidas al día
Esta afirmación siempre depende del hábito de vida de cada individuo, ya que da lo mismo repartir las calorías diarias en dos, tres o cinco comidas. Lo importante es la cantidad de calorías que consumimos, la calidad de los alimentos y el nivel del ejercicio diario. Para ello es fundamental que el estilo de vida sea individual.
Con todo esto, es muy importante ponerse en manos de especialistas en la nutrición y no creer aquellos bulos que la gente difunde sin una fundamentación científica veraz.