Tomás Rufo toreaba este domingo en Motilla con dos de los toreros más apreciados por su arte y pellizco como
Juan Ortega y Pablo Aguado.
Ambos espadas son la gran esperanza de la sevillania y Tomás ha dado un nuevo golpe en la mesa en una cita importante.
Ha cuajado al buen tercero de Alcurrucén recuperando sensaciones en un año en el que los sorteos no parecen de su parte.
Faena llena de torería con mano baja por ambos pitones y gran toreo al natural. El final en cercanías puso a la plaza en pie y sólo la espada evitó cortar el rabo. Cuatro pinchazos no enfriaron un ambiente que le entregó una oreja.
En el sexto arrancó dos orejas a base de valor y lanzado por la disposición mostrada en el tercero.
Tomás afronta un mes con grandes compromisos cargado de moral por la gran faena de hoy.