Las
vacaciones de verano deberían ser un
periodo de tranquilidad y disfrute para todos. Nos pasamos el resto del año soñando con unos días de descanso, planeando, organizando, imaginando… No obstante, es muy común que, en la mayoría de los casos, en vez de aprovechar estos días de
forma consciente, traslademos
nuestras ansiedades y estrés al punto geográfico escogido para viajar.
El estrés acumulado por dejar todo listo antes de nuestra ausencia en el trabajo o el no ser capaces de desconectar de nuestras obligaciones son algunas de las muchas circunstancias que pueden fastidiar nuestras merecidas vacaciones. Desconectar durante este periodo es fundamental, y, no hacerlo, puede traer consecuencias muy negativas a corto y a largo plazo.
“La desconexión es la única forma que tenemos de vencer el agotamiento producido por la rutina laboral y las obligaciones diarias, y la famosa recarga de pilas es posible durante las vacaciones de verano. Liberar la carga de estrés nos ayuda a practicar la flexibilidad y nos ofrece tiempo para dedicar a esas cosas a las que renunciamos durante el año”, explica Carola Salgado, psicóloga y miembro de Doctoralia, y añade que “si somos capaces de conectarnos con las cosas que nos gustan durante el verano, el descanso estará asegurado”.
Consecuencias y beneficios de conseguir (o no) desconectar en vacaciones
No ser capaces de desconectar durante los días libres de los que disponemos implica no ser capaces de conectar con todas esas actividades y actitudes que nos aportan bienestar.
“La no desconexión conseguirá que no seamos capaces de liberarnos del estrés, y, por tanto, que la vuelta a la rutina se nos haga cuesta arriba. Lo que conocemos como un mal comienzo”, explica Salgado. “Sería parecido a ganar una maratón y seguidamente intentar ganar una segunda sin descanso. Mucha exigencia, poco resultado y, por tanto, mucha frustración por empezar de nuevo”, ejemplifica la especialista.
Por el contrario, son muchos los beneficios que puede aportarnos una buena desconexión durante las vacaciones. Entre ellos, encontramos la gratitud de conectar con aquellas cosas que nos recargan la energía. Esas actividades o aficiones que llevamos todo el año queriendo hacer y que nos aportan bienestar. “La desconexión nos permite liberarnos de las pesadas cargas que arrastramos con la rutina. La sensación sería parecida a dejar en el suelo esas cargas y sentirnos libres para poder decidir qué queremos hacer en cada momento” explica Salgado.
Consejos para alcanzar una óptima desconexión en tus días libres este verano
Los días de descanso son momentos en los que tenemos que aprender a apagar el piloto automático, relajar la mente, disfrutar y recargar energía para continuar avanzando. Para conseguirlo, Carola Salgado, la especialista en psicología y miembro de Doctoralia, comparte algunos consejos que te ayudarán a no desperdiciar ni un solo segundo de paz y bienestar:
1. Dedica tiempo a pensar cuáles son esas cosas que te aportan bienestar y cuáles son las que te restan energía, para tenerlo en cuenta a la hora de organizar las vacaciones.
2. Deja bien cerradas las obligaciones más relacionadas con otras rutinas, como la familiar o la organización del hogar.
3. Aléjate (en la medida de lo posible) de la tecnología. Es una realidad que, este avance, nos permite estar conectados a todas horas. Esto, muchas veces, es el causante de que no seamos capaces de desconectar. Por este motivo, reducir las horas de tecnología contribuirá a que estemos más conectados con nosotros mismos y con el momento presente.
4. Conecta con lo que haces en cada momento. Piensa en las cosas que te van a hacer vivir el presente e inclúyelas dentro de tu actividad vacacional. Aprovecha para hacer las actividades que sabes que te gustan a ti, como aquellas que te gusta compartir con los demás.