El segundo trimestre del año acabó en España con un total de 2.762.500 personas en situación de desempleo, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. Este dato, en términos desestacionalizados, en comparación con los tres primeros meses del año presenta una variación del -6,6 % (365.300 personas menos). La tasa de paro se sitúa en el 11,6 %.
Por lo que se refiere a la ocupación, la EPA refleja que en nuestro país actualmente hay 21.056.700 personas ocupadas, el mejor dato de toda la serie histórica. Este dato significa superar los 20.753.400 ocupados que se registraron en el tercer trimestre de 2007, pero con un cambio significativo en la distribución por sexos con respecto a entonces: los 11,2 millones de hombres ocupados actuales suponen 900.000 menos que en 2007, mientras que los 9,8 millones de mujeres son 1,2 millones más. En ocupación femenina llevan batiéndose máximos históricos desde 2018.
La EPA de este segundo trimestre de 2023 muestra un aumento, con respecto al primero, de 603.900 personas más ocupadas. Si se realiza esta comparativa con el mismo periodo del año anterior, el resultado es que la variación interanual de la ocupación actualmente está en el 2,8 %. Una cifra positiva, que incrementa un punto con respecto al trimestre anterior, pero que, tal y como ya se viene apreciando en los trimestres previos, muestra una tendencia a la moderación. Así, mientras que la variación interanual entre el segundo trimestre de 2021 y el mismo periodo de 2022 se movió entre el 4 % y el 5 %, actualmente se mueve por debajo del 3%.
Así, aunque el empleo esté creciendo de una manera más discreta que el pasado año, las previsiones generales para España son positivas. Por ejemplo, la previsión económica actualizada del Fondo Monetario Internacional ha elevado hasta el 2,5 % el crecimiento previsto para nuestro país, un punto por encima de lo anunciado al comienzo del año. Una estimación que va en línea con la del Banco de España, que ha incrementado su pronóstico de crecimiento recientemente hasta el 2,3 % —frente al 1,6 % de marzo—, y la de la Comisión Europea, que la ha incrementado hasta el 1,9 %.
Pese a esto, también hay ciertos factores que podrían intervenir en los próximos meses en la evolución del empleo. Por un lado, el carácter estacional del mercado laboral en nuestro país, que tiende a propiciar que durante la primera mitad del año la generación de empleo sea mayor con la campaña turística como telón de fondo. Así, la ocupación en el sector servicios ha crecido un 3,9 % respecto al primer trimestre, mientras que en la industria ha caído un 2,3 %. Con todo, el mejor registro es de la construcción, que ha ganado un 4,7 % más de trabajadores.
Por otra parte, la incertidumbre política derivada de las elecciones generales del pasado 23 de junio también podría reflejarse en los indicadores de empleo. Y, aparte de estos dos asuntos, la situación geopolítica actual, marcada por conflictos como la guerra de Ucrania, también puede repercutir en el empleo.
En cualquier caso, y teniendo en cuenta que las previsiones iniciales de diferentes organismos nacionales e internacionales llegan en positivo, para hacer frente a la incertidumbre en el mercado de trabajo, la formación es fundamental.
EL IMPULSO DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL, CLAVE PARA EL MERCADO DE TRABAJO
Históricamente, el grado de formación de la población activa ha repercutido en su inserción en el mercado laboral. Así, a mayor nivel formativo, menor es la tasa de paro. Por ejemplo, si miramos los datos de este último trimestre, la tasa de paro de las personas con educación superior es del 6,6 %. Esta cifra es significativamente más baja que la media general, que actualmente se sitúa en el 11,6 %, y la menor de todos los niveles formativos. Sin embargo, conforme decrece el nivel de formación, aumenta la tasa de paro.
Pero hay un nivel de estudios, la Formación Profesional, que merece una atención específica por su evolución en los últimos años y por ser el que, explícitamente, se orienta la inserción laboral. El Ministerio de Educación y Formación Profesional los define como “los estudios más cercanos a la realidad del mercado de trabajo y dan respuesta a la necesidad de personal cualificado y especializado en los distintos sectores profesionales”.
En un mercado laboral en el que la adquisición y actualización de competencias profesionales se ha demostrado fundamental, la Formación Profesional se está haciendo valer: la tasa de paro de las personas con un título de FP como nivel máximo de estudios del 27 % en 2017 al 12,7 % en el segundo trimestre de 2023.
Asimismo, la cifra absoluta de ocupados para este nivel de formación también ha crecido significativamente en los últimos nueve años. En el segundo trimestre de 2014 había un total de 1.555.000, mientras que en el periodo equivalente de 2023 son 2.213.500.
La buena progresión de los indicadores de empleo entre quienes han cursado un grado de formación profesional también tiene su reflejo entre las matriculaciones para este tipo de estudios. De hecho, actualmente se encuentran en cifras de récord. Según el dato más reciente publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, durante el curso 2021-2022 se superó por primera vez el millón de matriculaciones. Además, es un dato considerablemente más elevado que el de hace diez años, cuando apenas había 615.079 personas matriculadas.
Para Mónica Pérez, directora de comunicación, estudios y relaciones institucionales de InfoJobs, “la relevancia que están cobrando las titulaciones de Formación Profesional es una buena noticia. Con ellas, fomentamos el desarrollo de perfiles más específicos y muy preparados para hacer frente a las necesidades del mercado laboral. Por ello, es imprescindible seguir impulsando esta oferta formativa, tanto para cumplir con las expectativas del mercado, como para garantizar la estabilidad de los trabajadores en momentos de cambio o incertidumbre”.