Parecería que el 2023 es un nuevo año, pero los temas y hábitos del Gobierno parecen añejos
Para nuestros amigos no hemos cambiado de año y el viejo marino comenta:
—Todos los denuedos y esperanzas, ante un nuevo año, se han estrellado cuando observamos que siguen presentes todos y cada uno de los temas que teníamos encima de la mesa, a pesar de que el gobierno de Pedro Sánchez está en una carrera de obstáculos para aprobar leyes, algunas de ellas infumables, para que todos los temas conflictivos estén lo más alejados posible de las elecciones y que esas tropelías no les pasen factura en las urnas en un año electoral.
Hay que reconocer que Pedro Sánchez es audaz, a veces incluso osado, porque no tiene ningún empacho en trasgredir la Constitución para dar concesiones a sus socios de gobierno, desdecirse de cosas que proclamaba como líneas rojas, con tal de permanecer gobernando.
También hay que reconocerle una enorme capacidad de manejar las estadísticas para vender su gestión, para ello cuenta con la ayuda de José Félix Tezanos en el CIS y de Elena Manzanera nombrada presidenta del INE para que los datos estadísticos sean más "amables".
Y todo esto envolviéndolo en propaganda, vendiendo un triunfalismo enfermizo, aderezado con la falsa protección a los débiles y tacticismo electoralista, más que en la búsqueda de soluciones reales y a largo plazo. ¿Qué nos puede salir mal?
La joven profesora sonríe y comenta:
—Con este Pedro Sánchez tan poco empático, acostumbrado a que sus mentiras le salen gratis y a menospreciar la inteligencia ajena todo esto se ha convertido en norma. Todo esto lo hemos visto recientemente con las vicepresidentas Nadia Calviño, con los datos de la evolución de la economía y de Yolanda Díaz, en materia laboral. Los dos termómetros más importantes para medir la salud de un país.
Anunciar el apocalipsis o ver sólo la parte vacía de la botella no es lo apropiado, pero para una buena gestión política hay que partir de un buen diagnóstico que señale las fortalezas y descubrir las amenazas para poder anticiparte, buscar soluciones y tomar las medidas de gobierno correctas.
Pensativo el marino añade:
—Eso sería lo ideal y lo que se hace en las organizaciones serias, en la que está en juego el prestigio de sus gestores o su capital, pero en política se juega con reglas diferente, no se pide responsabilidades a nadie y, además, hacen leyes para quedar excluidos de las responsabilidades que se exigirían al resto de los mortales.
Analizando lo que ha vendido Nadia Calviño sobre nuestra situación económica, resulta que los datos no son tan "excelentes". Lo cierto es que el PIB del 4º trimestre ha sido plano, a pesar de la ayuda del INE y de la inflación. Lo que indica una desaceleración, con fuertes caídas en inversiones y consumo de los hogares. Las comparaciones con el 2021 no dejan de ser una trampa, porque todavía nos encontramos por debajo a los niveles previos a la pandemia.
Mientras que la recaudación pública aumenta, entre otras cosas por la inflación y la presión fiscal, seguimos creciendo en deuda. Estamos en una política de gasto con escasas inversiones que, a largo plazo, nos hará más débiles. Nuestros nietos se acordarán de nosotros.
Claro que, para la ministra, cuando hace la compra en el super ve como han disminuido los precios —risas—, gracias a la bajada de impuestos y que la gestión de los fondos de la UE es impecable.
Lo cierto es que la riqueza per cápita (PIB/habitantes), según el Banco Mundial, España ha crecido solo un tercio de la media de la eurozona, en los últimos veinte años.
No estaría mal abandonar los fuegos artificiales, los «pasatiempos políticos», la propaganda, la polarización o los enfrentamientos y que nuestros privilegiados políticos se pongan a trabajar en serio.
Prosigue la joven profesora:
—Algo parecido podríamos decir respecto al empleo, porque escuchando a Yolanda Díaz parecería que, de un plumazo, con su reforma, ha resuelto todos los problemas estructurales de nuestro mercado laboral.
Seguimos incrementando el paro. Tenemos las mayores tasas de desempleo de la eurozona, con un paro juvenil que ronda al 30%, aunque la propaganda de la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz nos dice que tenemos mayor número de personas ocupadas, pero que esconde que el número de horas trabajadas siguen estando por debajo a las de la prepandemia.
También calla la precarización del empleo y la creciente desigualdad en la distribución de la renta, que nuestro modelo productivo y mercado laboral, entre otras cosas por su encorsetamiento, ha creado una debilidad estructural que genera mucho paro y necesita altas tasas de crecimiento para crear empleo, pero la "ingeniería estadística" le soluciona el problema.
El SEPE nos lo aclara con los "demandantes de empleo ocupados" y eliminando a todos aquellos que con contratos "fijos discontinuos" que están en paro, pero que no computan a efectos estadísticos como parados.
El marino concluye:
—Al final no dejas de pensar que, si alguien se come un pollo y otro está canino, estadísticamente se habrán comido medio pollo cada uno.
Algunas risas y una ligera sensación de impotencia. Mejor pasear por la playa con el sol de invierno.