El riesgo de exposición a agentes cancerígenos está presente en muchos puestos de trabajo. No es un problema exclusivo de las empresas químicas. El riesgo de cáncer está presente en muchos sectores. Por eso es necesario es indispensable y prioritario identificar dichos agentes y tomar las medidas preventivas adecuadas.
EL CÁNCER
El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo y representa uno de los grupos de enfermedades que mayor importancia tiene para la ciudadanía.
El tabaco, alcohol, luz solar, contaminación ambiental, sedentarismo y rayos X, entre otros, están detrás de una parte relevante de los casos de cáncer. Hábitos de vida saludable, práctica de ejercicio físico, dieta equilibrada o eliminación del consumo de tabaco, son medidas que, a la vez de eficaces, son suficientemente conocidas por la ciudadanía.
Sin embargo, si el agente cancerígeno forma parte de la actividad laboral, nuevos factores entran en juego: desde una menor información o consciencia de su peligrosidad, hasta la dificultad para su eliminación en un proceso o actividad productiva.
A todo ello se suma la dificultad existente para concretar la carga de cáncer atribuible al trabajo, si bien se estima que es la principal causa de muerte relacionada con la actividad laboral en la Unión Europea.
CONOCER LOS AGENTES CANCERÍGENOS
Conocer con exactitud el número de cánceres atribuibles al trabajo, así como el cálculo de su coste sanitario, no solo pone de manifiesto la envergadura real del problema, evitando que muchos de los casos no se declaren; sino que debe servir para establecer una asignación adecuada de recursos sanitarios, humanos y materiales, y acompañarlo de una serie de medidas públicas y privadas para su prevención.
Según el último informe elaborado al respecto por el Ministerio de Sanidad, 'Carga de cáncer atribuible al trabajo y su coste sanitario en España en 2015', en Castilla-La Mancha el mayor número de ingresos entre los hombres se debió a cánceres de pulmón, vejiga y colon; mientras que en el caso de las mujeres las hospitalizaciones más frecuentes por cáncer atribuible al entorno laboral fueron a causa de neoplasias de mama, mesoteliomas y cánceres de pulmón.
EL GOBIERNO DE CLM Y LAS MEJORAS DE LAS CONDICIONES
Por ello es primordial facilitar todas las herramientas necesarias para poner fin a esta situación. Y desde el Gobierno de Castilla-La Mancha se trabaja activamente, a través del Acuerdo Estratégico de Prevención de Riesgos Laborales de Castilla-La Mancha, 2022-2026 y, más concretamente, de su eje IMPULSO en el que se llevan a cabo acciones de apoyo, promoción, etc. que contribuyan a la mejora de las condiciones de trabajo.
Una de sus líneas de acción está dirigida a la prevención de la exposición a agentes cancerígenos en el entorno laboral y, de manera específica, a apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la identificación de estas sustancias.
JORNADA PREVENCIÓN
Precisamente, la Consejería de Economía, Empresas y Empleo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, organiza una jornada técnica, dirigida a empresas, trabajadores y profesionales de la prevención de riesgos laborales, sobre la exposición a agentes cancerígenos en el entorno laboral. Entre otros aspectos, se abordará la exposición a sílice cristalina y polvo de maderas duras, así como la vigilancia de la salud.
La jornada, de carácter presencial, tendrá lugar el próximo 29 de noviembre, a las 10:00 horas, en la Delegación Provincial de Sanidad de Albacete, ubicada en la Avda. Guardia Civil, 5 de Albacete. La información de la jornada está disponible pinchando aquí.
De cara al control de aforo de la sala, si está interesado en asistir es preciso inscribirse, enviando un correo electrónico a [email protected], en el que indique nombre, apellidos y entidad/empresa a la que pertenece.
Asimismo, a través del Programa Castilla-La Mancha Más Segura, la referida Consejería subvenciona aquellas inversiones realizadas por empresas, cuya finalidad sea la instalación de equipos para el control de contaminantes químicos y físicos con actuación directa y preferente sobre el foco de emisión, así como la disposición de espacios para guardar por separado ropa de trabajo y de calle en actividades con exposición a agentes cancerígenos.
PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN
Prevención de riesgos que es cosa de todos y que forma parte de la actividad que debe desarrollarse en el ámbito de la empresa. Se trata de un proceso en el que todas las partes deben estar implicadas: desde la empresa, que debe cumplir su deber de protección, al personal especializado del servicio de prevención y la propia población trabajadora, que bien de forma directa o bien a través de sus representantes debe demandar y adoptar las medidas preventivas más adecuadas frente al riesgo.
Para prevenir este tipo de riesgos en el ámbito laboral existe una normativa de obligado cumplimiento. De manera específica, la exposición a fibras de amianto, agente igualmente cancerígeno, dispone de reglamentación propia.
Esta norma general es el Real Decreto 665/1997, de 12 de mayo, marco que se encuentra en constante actualización al ir incorporando sustancias, mezclas y procedimientos con la condición de cancerígenos.
Muestra de esta continua actualización es la incorporación, en el año 2015, de la exposición a polvo de maderas duras, tanto de origen tropical como de otras variedades como el cerezo, el haya o el roble, tan frecuentes en Castilla-La Mancha, como agente cancerígeno.
Otra incorporación a este catálogo fue la que se produjo en 2020, cuando se añadió la exposición al polvo respirable de sílice cristalina. Un agente no solo presente en la minería, sino que afecta a múltiples oficios de la construcción, la industria cerámica y otros.
En 2021, en la modificación aprobó la inclusión de, entre otras, la exposición inhalatoria a emisiones de motores diésel y la exposición cutánea a aceites minerales utilizados en la lubricación y refrigeración de motores. Y, más recientemente, en mayo de 2022, entre otros, agentes como el formaldehído y el cadmio y sus compuestos inorgánicos.
Por su parte, hace tan solo unos días, concretamente el 15 de junio, el Consejo de Ministros aprobaba nuevas inclusiones, entre ellas la exposición inhalatoria de emisiones de motores diésel y la exposición cutánea a aceites minerales utilizados en la lubricación y refrigeración de motores.
Un extenso elenco de agentes cancerígenos que deben ser identificados por la empresa en su proceso productivo, para poder así llevar a cabo una evaluación de riesgos, siempre desde el enfoque de la prudencia extrema.
De este modo, siempre que sea posible técnicamente, la medida prioritaria será sustituir el producto cancerígeno o proceso que lo genere, por otro que no sea peligroso, o cuanto menos, lo sea en menor medida.
Estas son algunas de las medidas de prevención que, si bien son esenciales para toda la población trabajadora, resultan especialmente necesarias, para las trabajadoras embarazadas o en situación de lactancia natural, que en ningún caso podrán realizar actividades en las que la evaluación de riesgos concluya que existe riesgo de exposición que ponga en peligro su salud, la del feto o la del lactante.
ETIQUETADOS DE LOS ENVASES DEL PRODUCTO
Pero junto a esa labor previa de evaluación y determinación de riesgos, existen otras medidas que se deben adoptar desde el punto de vista práctico. Una de ellas es el etiquetado de los envases de productos, lo cual facilita información que permite identificar la presencia de agentes cancerígenos.
Así, por ejemplo, la indicación H350 advierte sobre la clasificación del producto como carcinógeno para las personas, mientras que si la indicación que aparece es H351, se está señalando que el producto es sospechoso de ser, de igual modo, carcinógeno. Asimismo, H340 y H341 son indicaciones relacionadas con el carácter mutagénico de las sustancias y mezclas.
Por su parte, si en los envases aparece indicado H360 o H361, estarán señalando que el producto puede dañar la fertilidad o el feto, en el caso del primero; o que es sospechoso de producir estos daños, en el segundo.
Asimismo, la empresa tiene la obligación de recabar la ficha de datos de seguridad de todos los productos utilizados en su proceso productivo o actividad, puesto que dichos documentos, al igual el etiquetado, sirven para ampliar la información, facilitando indicaciones de peligro (frases H) y consejos de prudencia (frases P).
Toda esta información debe ser conocida por la población trabajadora, entre la cual tiene que difundirla la empresa, labor en la que debe contar con el apoyo y asesoramiento de los servicios de prevención. Dos elementos que deben ser el punto de partida de una adecuada gestión de la prevención de este tipo de agentes peligrosos.