A medida que pasa el tiempo y recorremos más kilómetros con nuestro coche, es normal que vayan apareciendo ruidos, conocidos comúnmente como “grillos”. Aunque es cierto que la mayoría de veces estos ruidos solo son molestos y no representan un síntoma de que algo va mal, sí que hay otros a los que hay que prestar atención.
Por este motivo, el equipo de profesionales de Oscaro, la plataforma líder en venta de recambios online, comparte los ruidos que sí nos podrían poner en alerta y cómo identificarlos:
CHIRRIDOS DE LOS FRENOS
Que este tipo de ruido esté colocado el primero de la lista no es por azar, ya que puede que sea el ruido más llamativo y que más suele ser motivo de preocupación para los conductores. Dentro de este tipo de ruidos hay dos muy característicos que deben despertar nuestra alerta.
Chillido agudo de los frenos: el primero es un sonido bastante agudo cuando frenamos, pero que al soltar el pedal deja de sonar o lo hace de forma intermitente. ¿Qué significa? Lo más probable es que las pastillas de freno se encuentren al límite de desgaste ya que este ruido es producido por una pequeña chapa metálica que el propio fabricante instala en la pastilla para, precisamente, avisar del desgaste.
Chirrido de película: si, por el contrario, el chirrido que escuchamos es similar al que se oye en las películas cuando un tren frena y se arrastra por la vía, el problema estará en el material de fricción de la pastilla de freno, que se habrá gastado y estará rozando la plaqueta metálica contra el disco. Se debe cambiar las pastillas lo antes posible para evitar daños en los discos de freno o, peor aún, en el buje o la propia pinza de freno.
CHILLIDO AGUDO AL ACELERAR
Suele darse al iniciar la marcha y su origen más común se encuentra en la correa, que patina sobre las poleas y, a su vez, mueve los auxiliares como el alternador, la bomba de agua o el compresor del aire acondicionado, entre otros.
Aunque es menos frecuente, puede que este sonido también nos esté avisando de que alguno de los rodamientos de las poleas, el tensor o algún auxiliar estén agarrotados. Sin embargo, el cese de este chillido es tan sencillo como darle más tensión a la correa o directamente cambiarla.
MARTILLEO EN EL MOTOR
Si observamos un leve martilleo en el motor que antes este no hacía, lo mejor que podemos hacer es apagar el motor y pedir que una grúa lo lleve al taller. Aunque en la mayoría de ocasiones suele ser algo pequeño como que una biela se haya aflojado y esté golpeando el cigüeñal, su reparación es cara.
Además, sería mucho peor si siguiéramos la marcha y la biela se gripase o se saliese de su sitio ya que podría llegar a romper el bloque del motor lo que nos obligaría a poner, y comprar, un motor nuevo por completo.
RUIDO AL GIRAR EL VOLANTE
Es importante recalcar que en la actualidad casi ningún coche nuevo lleva asistencia hidráulica en la dirección, ya que casi todos son eléctricos. No obstante, quedan muchos coches que aún circulan con direcciones hidráulicas y uno de los síntomas de girar la dirección hasta el tope es oír un gruñido al girar la dirección.
Este ruido se debe a un nivel de líquido bajo porque entra aire en la bomba hidráulica y se forman burbujas en el líquido. Lo primero que se debe hacer es mirar el nivel de la dirección asistida y rellenar si es necesario ya que si usamos mucho el coche en este estado podemos romper la bomba hidráulica. De igual manera, que el nivel haya bajado se debe a que hay una fuga en el circuito y debemos controlarlo.
CLAQUETEO AL MANIOBRAR
Este ruido tan singular, como un “cla-cla-cla”, puede deberse a una fuga de grasa si el manguito del eje de transmisión está agrietado, ya que provocará que la junta se seque, provocando el traqueteo. Hay dos elementos que pueden estar involucrados: el cardán y el fuelle, por lo que el cese de este ruido tiene fácil solución; revisando ambos elementos se solucionará el problema.
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