Cuando la memoria nos falla en momentos delicados, siempre es bueno el recurrente de echar una vista al pasado con el objetivo de esperar un futuro mejor. El descenso a Segunda RFEF del actual CF Talavera, que a no tardar mucho, ha de ser ya Sociedad Anónima Deportiva, se nos antoja apropiado para dar cabida al presente reportaje, que repartiremos en capítulos. Hablamos —escribimos, mejor— de una pléyade de jugadores y entrenadores que a lo largo de los tiempos desplegaron en Talavera de la Reina sus andanzas futbolísticas y dejaron en todos nosotros una grata sensación difícil de olvidar. Iniciábamos el serial con el chicharrero Cantudo, tenía continuidad, nada más y nada menos, que con el Gato de Odessa, Mariano García Remón, el vallecano y colchonero Guzmán, el mítico rayista —Antonio Anero— que colgó las botas entre nosotros, el turno de Pepín, del que son muchos los asiduos del Prado que aún recordarán su impresionante toque a balón parado. Y hoy es para Quique, un jugador que por su técnica, visión de juego y llegada para hacer gol, realizó dos magníficas temporadas en El Prado para que el Sevilla CF se fijara en él y diera con sus huesos en Nervión.
Marcado con un círculo en su mejor etapa como jugador de élite: el Real Oviedo que le enfrentó al Castilla de Butragueño
ABULENSE DE NAVALPERAL
Enrique Yagüe Nieto, nacido en la localidad abulense de Navalperal de Pinares el 24 de octubre de 1959, por lo que en la actualidad cuenta con 62 años, llegó al Talavera CF procedente del Moscardó en la temporada 80-81. Un Moscardó, el de Pérez Nieto, que por aquel entonces contaba con jugadores como Quini, Pérez González, o Bernabéu, que acompañarían ese mismo año a nuestrop protagonista a jugar en El Prado. Asimismo, jugaría también en la siguiente 82-83. En el Prado tendría al malogrado Juan José García Santos, Juanjo, —falleció en León el 23 de mayo de 1987— que había nacido en Toledo el 11 de septiembre de 1945. El míster se formó en la cantera del Real Madrid y con el Castilla consiguió alcanzar la final de la Copa del Rey 1979-80, disputada contra el primer equipo del Real Madrid.
Formaban parte del plantel Ortiz, Juan Martín, Iglesias, Benito, Gabilondo, Angelín, Quini, Cecilio, Ayúcar, Pérez González, Bernabéu, Manolo Trigueros, Pedro, Alcázar, el recientemente fallecido Cambero y algunos del amateur. Durante esta primera campaña en la que el equipo militó en el grupo VII de Tercera división el conjunto blanquiazul acabó la liga como segundo clasificado igualado a puntos —50— tras el Parla, lo que le dio derecho a jugar la promoción de acenso a Segunda B. Los blanquiazules perderían la final frente al Albacete, tras dejar fuera en semifinales al Valladolid Promesas.
En la segunda campaña, la 82-83, Quique tendría a Carlos Martínez García como técnico y fue la campaña en la que Anero llegó al equipo. Se incorporaban otros jugadores como Bernbéu, Aguiar, Javi, Conde, Del Rivero, Manolín, Moisés, Cacilio, Marco Antonio, Julio Trigueros o Juanjo Bermúdez. Se había afrontado la reestructuración y el Talavera CF militó en el Grupo II de Segunda B, acabando en sexta posición de una liga que ganó el Granada y que supuso el ascenso a Segunda también del Algeciras. Tras esta campaña, en la que jugó 33 partidos y marcó 8 goles, Enrique Yagüe sería traspasado al Sevilla CF.
Con los hispalenses no lelgaría a jugar ningún partido oficial y sería cedido al Real Oviedo en Segunda. Rayo Vallecano, dos campañas en Segunda B, otras dos en la misma categoría en el Poli Almería, y una más en el Gandía hasta que llegó a Palamós en Segunda con dos campañas. Un paréntesis de dos más en Segunda B —El Girona fue uno de sus equipos—, para retornar a Palamós de nuevo en Segunda y donde puso fin a su carrera a los 35 años de edad en la temporada 94-95.
Quique marcado con un círculo en el Girona antes de volver al Palamós
Pero sin lugar a dudas fue en El Prado, al que llegó tras tres excelsas campañas realizadoras en el madrileño equipo de Usera, el Moscardó, donde Quique mostró sus mejores cualidades, ya que contaba con 23 años. En los dos años que estuvo en el conjunto cerámico, además de su despliegue físico y su indiscutible calidad técnica, su capacidad de llegada para marcar —16 hizo en los dos años— lo que hizo que el Sevilla se fijara en él.
Un conjunto hispalense que tenía como equipo base a Buyo, Nimo, Blanco, Álvarez, serna, Juan Carlos, Francisco, López, Pintinho, Santi y Magdaleno. Y entre los suplentes jugadores de la talla del meta Paco, Ruda, Sanjosé o Montero. Manolo Cardo, que era el míster, no le daría una sola oportunidad al abulense extalaverano. No obstante en el año del Real Oviedo sí contó, y mucho, para el entrenador Luis Costa, que le recicló como defensa, con el jugó 33 partidos.
Uno de ellos, tal vez el mejor de la temporada 83-84, tendría lugar el 31 de diciembre ante el Castilla de Butragueño, Michel o Sanchís. Ese día Quique sería titular junto a los Viti, Cárdeno, Prados, Segundo, Uría (Arias), Merayo (Del Riego), Pantoja, Villacreces, Rivas y Salamanca.
Nuestro protagonista ya entrenador, entre otros del Alavés del polémico Piterman en el Alavés
QUIQUE ENTRENADOR
Sería en Palamós iniciaba su andadura como entrenador, que le ha llevado a equipos como el Lorca, Orihuela, Deportivo Alavés, Mazarrón, Eivissa-Ibiza y, finalmente, de nuevo a Palamós, desde 2009 a 2011, que es la última referencia que hemos encontrado del abulense. Paradojas del destino, en aquel ya lejano invierno de 2005, el Lorca acababa de cesar a Quique Yagüe, quien, cosas del destino, fue exjugador del Sevilla en los años 80. Pero en vez de buscarle un sustituto fuera de casa, decidió mirar al vestuario y darle una oportunidad a ese futbolista de 33 años al que unas molestias en la rodilla traían por la calle de la amargura y que se había convertido en un auténtico estudioso del fútbol. ¿Y saben de quién se trataba? Pues nada más y nada menos que de Émery —actual entrenador del Villarreal— al que había tenido Quique en el Alavés de Piterman, en Segunda división como jugador.