Un poquito de dignidad

Semana muy agitada la que hemos tenido en el terreno político, y luego por un lado y por otro se llenan la boca diciendo que tenemos que creer más en la clase política; yo al menos sólo veo desconfianza y desilusión a mi alrededor, aunque no desinterés. Los principales partidos políticos del país ya han presentado sus 'lobbys' y 'contralobbys' sobre el caso de los sobresueldos que ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, supuestamente, rellenó los bolsillos de la cúpula del partido ahora en el Gobierno. Tanto la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, como el presidente, Mariano Rajoy, han negado categóricamente estas afirmaciones publicadas por el diario El País y adelantaron que emprenderán acciones jurídicas para limpiar estos rumores, que muchos han dado ya por hecho. No seré yo el que haga afirmaciones teniendo en este país democrático la justicia, la máxima autoridad que juzga a culpables y absuelve a los inocentes.

Pero hay un hecho innegable, y es que, al menos Bárcenas ha cometido irregularidades a través de la política. Y del resto de representantes del pueblo decir que los principales titulares de los telediarios siguen incluyendo palabras como corrupción, malversación, cuentas opacas y un sinfín de definiciones más para definir las actuaciones de muchos de ellos. Así, se te quitan las ganas de creer en que España algún día volverá a sonreír. Creo que los sueldos de los que gozan los de más arriba son más que aceptables y nunca entenderé ese ansía de más y más, quizá es que la ley natural en la economía global es que siempre haya ricos y pobres o que la avaricia es un pecado capital que afecta en mayor medida en la proporción en que tu patrimonio vaya aumentando. Nosotros, como profesionales de la información, tenemos la obligación, como servicio público, de contar a la ciudadanía lo que pasa, aunque sean rumores, porque en ese caso diremos que son rumores. Para eso está el juicio y la conclusión de cada uno, habiendo contrastado las noticias en uno y otro sitio, para darle más o menos crédito. Creo que la prensa hace una gran labor social, más en estos tiempos que corren, pese a que muchos, pese a haber superado una década del siglo XXI, sigan cohibiendo a los informadores de hacer bien su trabajo. Tenemos el deber de hacerlo y el derecho a preguntar en las ruedas de prensa lo que queramos, dentro de un mínimo de respeto y manteniendo unas formas. Lo que no es justo, es que el de enfrente siempre esté buscando en nosotros al protagonista de sus frustraciones. Y no me cansaré de repetir el lema de la FAPE: 'sin periodismo, no hay democracia'.