La guerra que se está produciendo entre Rusia y Ucrania está provocando un gran éxodo de refugiados ucranianos hacia toda Europa. Los voluntarios talaveranos, que han llevado hasta la frontera entre Polonia y Ucrania dos camiones cargados de ayuda humanitaria, han podido comprobar con su propios ojos la crudeza del éxodo masivo que se vive por la guerra.
Tras descargar los más de 22.000 kilos de alimentos no perecederos, mantas y material médico básico, los ocho voluntarios han proseguido su labor en Polonia y se han acercado hasta uno de los puntos calientes de entrada de ucranianos que huyeron tras la invasión rusa: la localidad de Chelm, a 27 kilómetros de Ucrania.
EL CENTRO DE REFUGIADOS
Raúl Sánchez de Castro, de Cárnicas Dibe, narra, en un estremecedor y realista vídeo, cómo llegan los refugiados (mujeres, niños y ancianos, mayoritariamente) hasta el Palacio de los Deportes de la ciudad polaca.
La localidad de Chelm, es puerta de entrada para decenas de miles de ucranianos que huyen de las consecuencias que esta terrible crisis y se convierten en refugiados en Polonia, que organiza su asistencia y posterior traslado hasta otros paises de Europa.
COMIDA E INFORMACIÓN
La ONG World Kitchen, del chef español José Andrés, ha instalado frente a la entrada del recinto una de sus cocinas provisionales, en la que preparan comidas para las personas que llegan huyendo de la guerra, “con la desesperación por haberlo perdido'', explica Sánchez de Castro.
Los refugiados descargan de los autobuses las pocas pertenencias que han podido meter deprisa y corriendo en su huida.
En la entrada, los voluntarios y militares polacos tratan de hacer más acogedor este lugar y les entregan comida y les ofrecen información a los que buscan un nuevo destino lejos del terror.
En la pista central del recinto deportivo, los refugiados ucranianos descansan sobre camas plegables a la espera de una solución. La mitad de las personas que han huido de Ucrania son menores, según la ONG Save The Children.
HACIA TALAVERA
El viaje de los voluntarios talaveranos, con el apoyo de Cárnicas Dibe, Transportes y Gestión Talatir y la ONG Damark inician el camino de vuelta a casa, pero no lo hacen solos, traen consigo a dos madres y sus hijos que llegarán en unos días a Talavera de la Reina, “donde tienen familia”, explica Raúl Sánchez a La Voz del Tajo. Además, hasta Barcelona llegarán otra madre y su hija, junto a su perro.