Tener una barba frondosa, abundante y definida es una opción estética que, desde hace años, se encuentra en auge entre el género masculino, por lo que la aparición de calvas o la falta de densidad en esa zona conlleva, en muchos casos, diversas repercusiones psicológicas entre los hombres que han promovido que hasta el 5% de las consultas capilares se produzcan por este tema; siendo el injerto de barba uno de los retoques de belleza más demandados en la actualidad, según Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar.
“La forma en la que se presenta la alopecia en la barba depende de su naturaleza. Si corresponde al tipo hormonal, o lo que es lo mismo, a una falta de barba desde siempre, se tendrá poco pelo en general y éste quedará por la zona del bigote y perilla, siendo las zonas de la cara y las patillas las más afectadas. Sin embargo, cuando se trata de alopecia areata, aparece una calva redondeada, de varios centímetros de diámetro, normalmente solitaria y alrededor del mentón”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.
Así, esta falta de pelo en la barba tiene su origen, en muchas ocasiones, en la alopecia areata, una enfermedad autoinmune que afecta hasta al 2% de la población mundial y que se caracteriza por provocar zonas localizadas sin pelo en forma de círculos delimitados que, por otro lado, no presentan inflamación, rojeces ni ninguna otra anomalía. No obstante, este problema estético suele ser reversible hasta en el 50% de los casos, ya que los folículos afectados reducen la producción de cabello, estrechándose y cayéndose, aunque esta inhibición puede reactivarse si se les aporta los estímulos necesarios para regenerarse.
Entre las principales razones que pueden provocar poca densidad en la barba o falta de vello en la zona, se encuentran el estrés generalizado o sufrir un evento estresante puntual importante, llevar un ritmo de vida poco organizado mediante la falta de ejercicio o dietas desequilibradas, el consumo de ciertos medicamentos o la aparición de alguna otra enfermedad sistémica que pueda provocar el inicio de este tipo de alopecia.
Por su parte, los caracteres sexuales, hormonales y, en definitiva, genéticos, juegan un factor clave en la formación de la barba en los hombres. “Es la acción de la dihidrotestosterona la que, contrariamente a lo que provoca en la alopecia androgenética del cabello, hace que crezca el pelo en estas zonas. Por tanto, la ausencia de testosterona y dihidrotestosterona durante la juventud sería la principal causa de falta de pelo en la barba”, subraya el doctor Pilo.
TRATAMIENTOS EFECTIVOS CONTRA LA ALOPECIA EN BARBA
Actualmente, uno de los tratamientos más efectivos para hacer frente a este problema es el injerto de barba mediante la técnica FUE, mediante un procedimiento en el que se anestesia la zona donante del paciente y se extraen los folículos necesarios para cubrir la barba en función de cada necesidad individual y del diseño escogido, trasplantándose posteriormente a esas zonas con dos posibles técnicas como zafiro o DHI. Este procedimiento, además, es mínimamente invasivo y conlleva un proceso postoperatorio rápido e indoloro.
“No obstante, el tratamiento a seguir dependerá del grado de afectación y del tipo de alopecia existente, por lo que será fundamental acudir a un especialista que valore individualmente la solución acorde a cada caso. De esta forma, si el paciente presenta una alopecia areata, tendrá que consultar con un dermatólogo, quien le orientará el tratamiento al probable uso de corticoides locales, mientras que, si se tiene falta de pelo desde siempre, la solución definitiva sería el trasplante capilar, sin olvidar otros tratamientos disponibles como el Minoxidil tópico”, detalla el especialista de Hospital Capilar.
Por último, cabe recalcar algunas recomendaciones para conseguir una barba densa y poblada, tales como mantener buenos hábitos de vida mediante una correcta higiene, descanso y alimentación adecuados, que servirán para reforzar el sistema inmune responsable del debilitamiento del pelo. También se debe evitar, en la medida de lo posible, ciertas prácticas como fumar o someter el vello a elevadas temperaturas, así como fomentar el uso de productos estéticos para el cuidado de la barba.