En un ensayo clínico aleatorio con 80 adultos realizado por la Universidad de Chicago y de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) descubrieron que los adultos con sobrepeso que aumentaron la duración del sueño nocturno en aproximadamente una hora redujeron su ingesta calórica diaria en un promedio de 270 kcal, equivalente a 12kg en 3 años.
El objetivo era ampliar la duración del tiempo en la cama a 8 horas y media, sobre todo en aquellos adultos con sobrepeso que habitualmente dormían menos de 6 horas y media por noche. Y el resultado fue que los participantes aumentaron la duración media del sueño en más de una hora por noche.
Esra Tasali, la directora del Centro del Sueño de la Universidad de Chicago, ha explicado que "a lo largo de los años, nosotros y otros hemos demostrado que la restricción del sueño tiene un efecto sobre la regulación del apetito que conduce a un aumento de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, pone en riesgo de aumento de peso con el tiempo. Con este estudio la mayoría de los participantes redujeron en gran medida la cantidad que comían, y algunos de ellos llegaron a ingerir hasta 500 calorías menos al día.
Este estudio realizado no sólo ha examinado los efectos de la prolongación del sueño sobre la ingesta calórica, sino que, lo ha hecho en un entorno real, sin manipulación ni control de los hábitos alimentarios. Los participantes durmieron en sus propias camas y siguieron su estilo de vida normal sin ninguna instrucción sobre la dieta o el ejercicio. Tasali apunta que solo manipularon el sueño y que "limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse apareció como una intervención clave"
El ensayo tuvo una duración total de cuatro semanas, dos de las cuales sirvieron para recopilar información de referencia sobre el sueño y la ingesta de calorías, seguidas de dos semanas para controlar los efectos de la intervención sobre el sueño.
En último lugar, Tasali y su equipo esperan examinar los mecanismos subyacentes que pueden explicar estos resultados, y creen que este trabajo debería estimular nuevos estudios sobre el control del peso para determinar si la ampliación del sueño puede apoyar los programas de pérdida de peso y ayudar a prevenir o revertir la obesidad.