La pedagoga Eva M. Sonseca ha explicado a La Voz del Tajo que en los últimos días no paran de consultarle padres extremadamente preocupados y alertados sobre "El juego del calamar", y cómo impacta o afecta que los niños vean este u otros programas violentos.
'El juego del calamar' llega a los colegios y alertan de su peligro
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Actualmente, hay varias series de televisión con tinte violento que son en su mayoría recomendadas para mayores de 16 años y por tanto no son aptas para niños. Aun así, es inevitable hoy en día, que estas series se cuelen en nuestras casas por algún medio de comunicación, llegando a los menores de un modo u otro, e incluso como si fuera al azar de una tendencia de moda llegan a las aulas y los centros educativos de varias localidades de nuestra geografía, entre ellas, en Toledo.
"Lejos de crear preocupación o más alarma social, como profesional de la educación y madre al mismo tiempo, considero hablar de este tema desde la visión pedagógica y cientifica para que puedan conocer cómo afecta a los niños" comenta Eva M. Sonseca.
"Pero… ¿por qué? ¿Qué pasa en su celebro?" la pedagoga añade que "para que lo podamos entender a golpe, podría decirse que se pasa de ondas beta a ondas alfa". Las ondas beta son cuando estamos usando todas las funciones del cerebro. En las ondas alfa las operaciones lógicas, la comprensión, la creatividad y la asociación quedan detenidas.
En este estado, la capacidad crítica se encuentra más adormecida. Si el contenido es violento el cuerpo responde produciendo altas cantidades de adrenalina.
Científicamente está comprobado que lo que los niños observan, repercute directamente en la forma de comportarse, por tanto, la violencia en televisión o en juegos, afecta su comportamiento.
La pedagoga advierte que la responsabilidad de la cantidad de horas de pantalla y, sobre todo, del tipo de programas, siempre será de los adultos a cargo, no de la insitencia del niño. Para ello recomienda la "conjugación de la firmeza con la amabilidad; te amo, pero la respuesta es 𝗡𝗢 (no más pantallas, o no está permitido ver “x” o “y” programa)".
Los programas violentos afectan sí o sí.
LA OPINIÓN PROFESIONAL DE EVA M. SONSECA
Este tipo de series no son aptas para niños. Lo peor de todo es que las televisiones no las quieren colocar sin ningún tipo de censuras y con libre albedrío, incluso en horarios infantiles, así, sin más, de tal modo que parece algo normalizado pero considero que no debería ser así y que como padres deberíamos tener ese ojo de precaución y una mirada crítica ante contenidos violentos que se adentran en las tecnologías y medios de comunicación.
Debemos entender que el cerebro de los niños no está maduro para recibir y procesar este tipo de escenas, por lo que terminará afectando directamente a su comportamiento, pueden surgir miedos, pesadillas y ganas de reduplicar escenas (aprendizaje espejo).
Los niños son muy vulnerables, mientras más actos de violencia ven, más indiferentes se pueden volver a estos.
La falta de sensibilidad de las escenas violentas en televisión, puede hacer que el niño carezca de reacciones emocionales ante los posibles actos violentos en su vida real.
Tienden a imitar la violencia de los programas, además, se identifican con personajes que desean imitar, generalmente los más crueles. Gradualmente aceptan la violencia como forma de resolver problemas.
Recomendaciones para padres
Eliminar todo el contenido digital violento.
Mantener y supervisar horarios del uso de pantallas de acuerdo a la edad del niño o adolescente.
Evaluar las series o programas aptas para su hijo, antes que él las vea.
Sentarse y ver los programas junto a sus hijos, conociendo su mundo.
Utilizar la amabilidad y la firmeza para poner el límite en el tipo de programas y la cantidad de tiempo que pasa su hijo frente a la pantalla, tomando en cuenta que su cerebro está en formación.
Explicarle al niño que, aunque el actor no se lastimó, hirió o murió durante el programa, la violencia puede producir dolor o muerte si sucede en la vida real
Pasar tiempo especial con los hijos, tiempo real de calidad y sin pantallas.
Y si vuestro hijo ha visto ya series violentas, ¿Qué se puede hacer?
Hablarle y explicarle que no todo se puede hacer a cualquier edad. Por ejemplo: para conducir un auto o un avión, necesitamos tener una edad determinada y una licencia o un permiso. Igualmente, no todos los programas son para niños.
Paralelamente, no puedo dejar de lado en cuanto a lo que se refiere a videojuegos, juegos online, redes sociales, etc. que caen en las manos de los niños sin limitaciones y que en muchos casos este desenfreno tecnológico terminan creándoles adicciones, sensaciones de pánicos, terrores nocturnos, ansiedades, hiperactividad, trastornos varios producidos a raíz de estos juegos, por eso es importe que busquen el asesoramiento o ayuda de un profesional ante cualquier problemática que pueda surgir sin que la misma dejen alargarla en el tiempo.
La violencia nunca será el camino para la resolución de conflictos.
Eva M. Sonseca
Licenciada en Psicopedagogía.
Pedagoga, Terapeuta y Formado