Esta mañana el café tiene sesgo económico. Nuestra amiga rompe el hielo.
La pandemia ha trastocado algunas cosas en nuestras vidas. Una vez que el proceso de vacunación marcha a buen ritmo, con todas las precauciones posibles, habrá que centrarse en el reto de reducir la cifra del paro, dinamizar la economía y acometer los desafíos de futuro que se vislumbran en un horizonte cercano.
La visita a España de la presidenta de Comisión Europea, von der Leyen ha venido a reforzar el plan que presentó el gobierno de la mano de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y que ha obtenido una alta puntuación.
El marino con un mohín replica:
Este es un tema importante para que se pueda iniciar un despegue y que deje atrás las nefastas consecuencias que nos ha traído el Covid-19. Nadie en su sano juicio puede criticar que nos llegue ese dinero de la UE que tan necesario va a ser para la recuperación económica y laboral del país. Es una buena noticia sin discusión, aunque, una vez más, la propaganda, el marketing político y algunos fuegos artificiales se enfocan en magnificar las excelentes valoraciones que se han hecho de las propuestas, aunque, al mismo tiempo, nos han sustraído un análisis algo más profundo.
Lo que se ha comentado de pasada es que de los 27.000 millones de euros que habíamos solicitado se han quedado en 19.000, es decir, 8.000 millones de euros menos, lo que supone una reducción de casi un 29,63%. Es decir, se ha vendido como un éxito incuestionable una quita de casi un 30% de lo solicitado.
Es inimaginable y admirable la capacidad que tiene este gobierno para vender como éxito cualquier situación, por muy discutible que sea técnicamente.
Aunque quede pendiente la aprobación del resto de componentes de la UE parece que es un trámite que será superado. Estos hechos, además de alegrarnos, debería poner encima de la mesa una revisión de la Hoja de ruta de nuestro gobierno.
Dejemos atrás la pirotecnia y fuegos de artificio como han sido el Plan de recuperación, transformación y resiliencia, o la Agenda 2030 y el más cercano el Plan España 2050, cientos de páginas grandilocuentes que pintan un futuro irreal, plagado de errores estratégicos graves, en algunos caos o bastante discutibles en otros.
Se crea una comisión parlamentaria, a la que, inicialmente, parecía ser llamada a tener un papel relevante para la Reconstrucción social y política de España. Como presidente se nombra a Patxi López, un dirigente del PSOE que ha sido casi todo en el partido, aunque no fuera capaz de terminar sus estudios universitarios, por tanto, un valor de futuro con grandes conocimientos económicos y trayectoria profesional. De vicepresidente primero de esa comisión se nombra a Enrique Santiago, oscuro abogado, conocido por formar parte del equipo jurídico de las FARC, la narcoguerrilla colombiana.
Con semejante tropa, la reconstrucción social, política y económica está asegurada porque cuenta con los mejores expertos. Se está en las mejores manos imaginables.
Apunta la joven profesora:
Contrasta con lo que ha hecho Italia. Para esa comisión de reconstrucción ponen al frente al ex CEO mundial de Vodafone, Vittorio Colao junto con 17 expertos en economía, empleo e innovación de primer nivel, con una trayectoria profesional conocida y como secretaria a Mariana Mazzucato, una reconocida economista a nivel internacional.
Las comparaciones son odiosas —exclama el marino—, pero el contraste es obvio; aunque no acaba ahí, al frente del gobierno han situado a uno de los hombres más influyentes en la Unión Europea, un tecnócrata bien conocido como presidente del Banco Central Europeo.
Las diferencias no acaban ahí, mientras en nuestro país ha protagonizado un incomprensible oscurantismo para la petición de fondos europeos, los italianos han elaborado un plan totalmente estructurado y sometido al parlamento que obtuvo una aprobación del 71%, el mayor apoyo desde la posguerra. Un plan que ha suscitado muchas esperanzas en los italianos para hacer frente a su grave situación económica.
Media la joven profesora:
También como contraste está que mientras la mayoría de los países de la UE cuentan con una autoridad independiente para gestionar esos fondos, en España todo esto va a estar en manos del gobierno.
El marino en tono burlón comenta:
Podemos seguir y no parar, pero como hemos hablado de contrastes con lo que están emprendiendo los italianos, a éstos les queda superar el escollo, en el que tradicionalmente han encallado, que es la ejecución de los planes, aunque imaginación y versatilidad no les falta.
Todavía recuerdo aquella información del diario El País, de 25.11.1997, en un reportaje que hablaban de los «olivos falsos» que decía comparándola con nuestro país, «mucho peor es lo que ocurre en Italia. Los agricultores italianos llenan los campos de árboles de cartón para que los helicópteros fotografíen más olivos de los que en verdad existen, y les paguen más».
Chanzas al margen, parece que, en estos momentos, ante la gravedad que ha traído el Covid-19 todos los países europeos, hasta los italianos, nos están han dado una lección de transparencia, democracia, seriedad y profesionalidad. Mientras que nosotros vendemos humo y ocultismo, como muestra, la ayuda de 52 millones de euros a la compañía aérea Plus Ultra que tantas incógnitas y polémica han suscitado.
Nos jugamos mucho, esperemos que reine la transparencia, se acaben con las servidumbres y prebendas. En el futuro no deberíamos encabezar algunos rankings por la cola, como está ocurriendo en estos momentos.
Parece que los necios se han conjurado para gobernarnos.