El cabecilla de la trama captaba a personas con problemas económicos, les facilitaba documentación falsa y les coaccionaba para que llevaran a cabo los fraudes. Se ha localizado la existencia de cinco víctimas a cuyo nombre contrataron productos bancarios y teléfonos móviles por los que ahora les exigen pagar entre 1.800 y 14.000 euros
La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal que operaba desde la localidad madrileña de Leganés y se dedicaba a cometer estafas en Toledo utilizando documentación falsificada o sustraída. La trama fue descubierta cuando la empleada de un establecimiento comercial de Toledo detectó a un varón de 39 años de edad que trataba de obtener una tarjeta de crédito con un saldo de 3.000 euros en un establecimiento de la ciudad de Toledo, utilizando un DNI que no se correspondía con su identidad. Cuando la Policía Nacional procedió a su arresto, alegó estar actuando bajo coacción, viéndose obligado a cometer las estafas para saldar una deuda con un supuesto prestamista. En ese momento se abrió una investigación para averiguar cómo actuaba y hasta dónde llegaba la supuesta red. Las primeras pesquisas de los agentes dejaron al descubierto que estaban ante una organización criminal que utilizaba un complejo modus operandi para obtener beneficios. La red disponía de documentación sustraída o extraviada que facilitaba, junto con documentación falsificada, a personas con problemas económicos para que éstos contratasen créditos y líneas de teléfono, adquiriesen teléfonos móviles de alta gama e incluso obtuviesen cuentas bancarias y tarjetas a nombre de las víctimas. Todo parece indicar que estos intermediarios eran captados por el cabecilla de la trama entre personas que acudían a él cuando precisaban obtener un préstamo al margen de los cauces legales. En el momento en que tenían problemas para saldar la deuda contraída, eran obligados a cometer los delitos de estafa hasta que obtuvieran beneficios suficientes para cancelarla.
El cabecilla de la trama vivía en Madrid y llevaba un alto nivel de vida. En el nivel más alto de esta organización se encontraba un varón extranjero que, pese a que se encontraba en situación irregular en España y no podía trabajar legalmente, llevaba un alto tren de vida. El cabecilla, apoyado por su pareja y otras personas muy cercanas, era el cerebro de la trama y guiaba todas las operaciones: se encargaba de obtener los documentos de identidad procedentes de otros delitos contra el patrimonio, captaba a los intermediarios a los que facilitaba la documentación necesaria para cometer la estafa y les trasladaba personalmente hasta los establecimientos en los que debían llevar a cabo los delitos.
Su detención tuvo lugar el pasado 26 de agosto en un hostal de Fuenlabrada (Madrid), momento en que le fue intervenida diversa documentación que le implicaba directamente como presunto autor de las estafas. También resultó investigada una mujer de Leganés, de la misma nacionalidad que el principal responsable, en cuyo domicilio se hallaron diversos documentos a nombre de terceras personas que pudieran ser utilizados para la comisión de nuevas estafas. Hasta el momento se ha detenido a tres personas, hay una cuarta investigada y se logrado identificar la existencia de cinco víctimas, a cuyo nombre realizaron contratos de vehículos, líneas de telefonía, productos bancarios y adquisición de terminales móviles de alta gama por los que ahora se les exige que hagan frente a deudas que oscilan entre los 1.800 y los 14.000 euros. No obstante, la investigación sigue abierta para determinar la existencia de más víctimas y la posible existencia de varios "carteristas" vinculados al cabecilla que se encargarían de suministrarle la documentación necesaria para cometer las estafas.