Las vacaciones y las altas temperaturas invitan a acudir a las piscinas y playas desde primera hora del día. Aunque este verano el aforo estará limitado debido al COVID-19, seguirá siendo necesario guardar la distancia entre usuarios y las precauciones necesarias para evitar las lesiones más frecuentes en este ámbito. El Colegio profesional de Fisioterapeutas de Castilla – La Mancha (COFICAM) quiere lanzar un mensaje de concienciación sobre el peligro de realizar zambullidas en estos espacios.
En la piscina, los saltos desde el borde o desde trampolines pueden acarrear graves lesiones si no se conoce la técnica necesaria para saltar o la profundidad de la piscina. La persona que se zambulle puede chocar contra la masa de agua o el suelo y provocarle una grave lesión medular. “Las consecuencias de una mala zambullida pueden ir desde una fractura más o menos leve hasta una lesión medular o un ahogamiento si se pierde la conciencia. Es importante que al realizar los saltos, los brazos vayan por delante para proteger el cuello y la cabeza en caso de impacto”, afirman desde el Colegio.
Además los juegos alrededor del borde pueden dar lugar a resbalones y torceduras de tobillo a causa del agua evacuada. Por ello, es necesario actuar con sentido común y evitar una visita al socorrista, si fuera leve, o a los servicios de urgencia del centro de salud más cercano o del hospital”.
En sitios como la playa, los acantilados, zonas portuarias, ríos o pantanos, en los que el agua puede ser menos clara, el elemento más importante a tener en cuenta es la profundidad. Incorporándonos al agua de pie podemos tantear si existen piedras o troncos que puedan provocar daños. “Cada verano en nuestro país se producen casos de lesiones medulares por irresponsabilidades de los bañistas y en la mayoría de las ocasiones podrían haberse evitado tomando las medidas oportunas y siendo conscientes del peligro”, afirman desde el Colegio.
En caso de presenciar una caída o un salto peligroso hay que avisar inmediatamente al 112 y sólo en caso de tener los conocimientos y la capacidad física necesarios, socorrer a la persona herida.
En España se producen cada año entre 800 y 1000 lesiones medulares y entre 4-11 % se deben a actividades deportivas o de ocio propios del verano, siendo el 5% por zambullidas. Las lesiones se producen en varones jóvenes primordialmente y presenta terribles repercusiones para la salud, además de un alto coste social y familiar debido a la gravedad de los daños neurológicos que de él se pueden derivar.
Por último, lanzar un mensaje de prudencia sobre todo a niños y jóvenes, advirtiendo de que ante la duda de un posible peligro, mejor no zambullirse, sino acceder al agua de otra forma más segura.