Hasta un total de 44.000 pruebas, entre PCR y test rápidos, se han realizado en Castilla-La Mancha desde que comenzase la pandemia de la COVID-19 y hasta ayer. De esta cantidad, 30.212 han sido PCR 12.039 test rápidos y 1.890 han sido pruebas hechas en urgencias. Entre el 35 y el 40 por ciento de las personas que se someten a algún tipo de prueba da positivo, habiendo en este momento hay 14.680 personas diagnosticadas como positivo en COVID.
De estas cifras ha dado cuenta la consejera de Igualdad y Portavoz del Gobierno regional Blanca Fernández, que ha comparecido para informar de la situación sanitaria en Castilla-La Mancha destacando que la realización de este alto número de test “se está haciendo con gran esfuerzo e implicación de los equipos sanitarios que realizan estas pruebas”.
Además, en Castilla-La Mancha la tasa de test que se realiza por millón de habitantes es de 22.000, muy superior a los 7.000 que se realizaban en el País Vasco por cada millón de habitantes y que se tomó como referencia durante la primera semana de la pandemia. En cualquier caso, la consejera ha remarcado la necesidad de seguir en esta línea para tomar las mejores decisiones y medidas para la protección de la salud de las personas.
En cuanto a los datos que dibujan la evolución del coronavirus en la región, la consejera ha indicado que hay en la actualidad hay 1.867 personas hospitalizadas, 1.400 personas menos que el 1 de abril. Por lo que respecta a los pacientes con respirador, hay 294 pacientes con necesidad de respiración asistida, la mayoría son personas con COVID, aunque también hay ya pacientes no COVID que han sido operados y lo necesitan para su recuperación; en el peor pico de esta pandemia, llegó a haber más de 360 personas entubadas.
Las cifras también indican que hay casi 3.000 personas curadas del virus, exactamente 2.998 personas y “esperamos que haya muchísimas más en los próximos días porque cada alta cada persona curada es un motivo de alegría y un chute de energía para seguir trabajando”.
Por lo que respecta al porcentaje de ingresos de las personas que llegan a urgencias se sitúa entre el 20 y el 22 por ciento, lo que supone un descenso de 40 puntos respecto al pico de la pandemia, situado en los días entre el 26 de marzo y el 1 de abril, cuando hubo un porcentaje de ingresos que rozó el 60 por ciento.
En conclusión, ha explicado la consejera, este conjunto de datos que se repite en los últimos días, reducción de ingresos, aumento de altas y decrecimiento de pacientes en situación grave, indican que el pico de la pandemia se situó entre los días 26 de marzo y 1 de abril y por tanto se consolida una situación de control sanitario y descenso de la presión asistencial.
Para concluir este punto, Blanca Fernández ha vuelto a hacer una llamada a la responsabilidad, en particular esta semana en la que vuelven al trabajo las actividades no esenciales para que se mantenga esta tendencia conseguida en las dos últimas semanas, mediante el manteniendo de la distancia social, las medidas higiénico sanitarias, las medidas de protección y sobre todo quedándose en casa, “ir solo de casa al trabajo y del trabajo a casa porque esta es la premisa que nos va a permitir definitivamente doblegar la curva”.
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